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Viñetas de otoño

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Escribía hace poco, en esta entrada, acerca del fenómeno que los nipones denominan tsundoku y de cómo me estaba costando despachar la pila de tebeos pendientes de lectura... y sus correspondientes reseñas. Aprovechando que he tenido unos días (más o menos) libres, me he puesto manos a la obra para rebajar considerablemente la lista de deberes comiqueros y plasmar, escuetamente y a vuelapluma, mis impresiones. El orden de esta batería de reseñas es puramente alfabético, y aunque algunos de los títulos mencionados son novedades muy recientes, otros ya tienen unos cuantos meses a sus espaldas:

Batman: El Tribunal de los Búhos
Guión: Scott Snyder. Dibujos: Greg Capullo, Rafael Albuquerque.
ECC Ediciones. Cartoné. 352 págs.


Invocar al canon cuando uno se refiere al Caballero Oscuro es un sinsentido. En los 75 años de aventuras del Hombre Murciélago existen casi tantas aproximaciones como autores, y aunque todas son defendibles en cierto modo (incluso el Batman de Adam West tiene sus apologistas), cada uno de nosotros tiene en su cabeza una visión concreta de cómo debería enfocarse al cruzado de Gotham City (algo así postulaban, ya en 1973, Frank Robbins y Dick Giordano en la excelente historia "El Batman que nadie conoce"). Después de la confusa y psicotrónica etapa de Grant Morrison narrando las aventuras del icono de DC Comics, el relanzamiento editorial bautizado como los Nuevos 52 puso al frente de las andanzas del Murciélago al guionista de fama creciente Scott Snyder y al dibujante Greg Capullo (mano ejecutora de Todd McFarlane en el "Spawn" de este último durante más de 150 episodios). Éstos alejaron al álter ego de Bruce Wayne de los triposos viajes espacio-temporales del escocés alopécico y lo devolvieron al terreno urbano y a la mezcla de género negro, terror gótico y alta tecnología que lo aproximan a mi imagen mental ideal del Caballero Oscuro (de hecho, si tuviera que elegir una sola encarnación del personaje, algo así como el Batman sublimado, ésta sería la serie de animación de los años 90 debida a Paul Dini y Bruce Timm).


"El Tribunal de los Búhos" comprende los 11 primeros números de la nueva colección regular (la titulada simplemente "Batman") más un Annual dedicado a Mr. Freeze y tangencialmente ligado a la trama del gran arco argumental principal. Bien escrito y mejor dibujado, este tomo editado con primor por ECC (al contrario que su inconveniente grapa mensual dedicada al personaje) supone un inmejorable punto de contacto para quienes deseen subirse por vez primera al carro gothamita (asumiendo, claro está, que TODO EL MUNDO sabe a estas alturas quién es el Cruzado de la Capa y por qué hace lo que hace), y una alegría para todos aquellos que echábamos de menos a un Batman más preocupado por los asuntos humanos que por los metahumanos. Aunque es cierto que la cosa empieza ligeramente mejor que como termina (algo muy habitual en los guiones escritos por Snyder), el resultado es a todas luces notable: el escritor de "American Vampire" se las arregla para ampliar la mitología que rodea al héroe y crear nuevas amenazas que enriquezcan su pintoresca galería de villanos, introducir multitud de escenas de acción espectacularmente resueltas por Capullo y ahondar en la personalidad de Batman/Bruce Wayne y en su relación con la ciudad que ha jurado proteger. Habiendo disfrutado en inglés de las dos siguientes sagas de la colección ("La Muerte de la Familia" y "Año Zero"), espero con mucho interés la continuación de esta edición de lujo por parte de la depositaria de los derechos de DC Comics en nuestro país.



Battling Boy: El Momento de Aurora West
Guión: Paul Pope. Dibujos: David Rubín.
Ed. DeBolsillo. Rústica. 160 págs.


Paul Pope recluta al artista multimedia J.T. Petty y al dibujante gallego David Rubín para afrontar el spin-off de su última creación, "Battling Boy" (que hasta el momento sigue siendo uno de mis comics preferidos de 2014). Por dimensiones, número de páginas y uso del blanco y negro, la primera entrega (de dos) de los orígenes de Aurora West recuerda al formato tankõbon japonés; una decisión que a mí personalmente no me entusiasma. Si hace unos años Rubín me parecía un autor de talentos sobredimensionados por la crítica especializada nacional, desde la publicación de la segunda parte de "El Héroe" se ha convertido en uno de esos nombres a seguir haga lo que haga. De hecho, el ourensano sigue dibujando de maravilla, con ese estilo gráfico y narrativo que reúne enseñanzas de Jack Kirby, Frank Miller, Frederik Peeters, Craig Thompson y del propio Pope, entre otros. De ahí que, tras alucinar hace unos meses con sus tintas y colores en las grandes páginas de "Beowulf", estas miniaturas grises me resulten un tanto insatisfactorias. A veces el tamaño sí importa.


En cuanto a la historia, "El momento de Aurora West" ejerce de precuela para lo narrado en "Battling Boy", indagando en el pasado de su protagonista y en la relación de ésta con su padre, el héroe científico Haggard West. Pese a tratarse de un tebeo con vocación juvenil, "El momento de Aurora West" es una lectura ágil y refrescante para adultos (o anomalías de edad mental imprecisa como un servidor). Carece del factor sorpresa de "Battling Boy" y rebaja un par de puntos su sentido de la maravilla (que era estratosférico), pero es un digno spin-off del título principal al que aún le queda otra mitad para demostrar todo su potencial. Teniendo en cuenta que aún no le he leído un tebeo malo a Pope y que "El Héroe" de Rubín pasaba en su segundo tomo de "comic entretenido" a "obra maestra", mis expectativas para "The Fall of the House of West" siguen estando muy altas.



Bella Muerte
Guión: Kelly Sue DeConnick. Dibujos: Emma Ríos.
Ed. Astiberri. Cartoné. 160 págs.


Comencé a leer "Pretty Deadly" (el título de "Bella Muerte" en EE.UU.) hace unos meses en formato digital, más o menos cuando comenzó a publicarse en su edición original, pero la dejé a la altura del número 3 porque sentía que mi nivel de inglés no era suficiente para enterarme de todo lo que Kelly Sue DeConnick y Emma Ríos (otra artista gallega conquistando las Américas) intentaban contarme. Por eso esperaba con muchas ganas la edición española a cargo de Astiberri, recopilando el primer (y único hasta la fecha) arco argumental de la colección. Para mi sorpresa, la traducción al castellano a cargo de Santiago García (un nombre que es garantía de un trabajo bien hecho) no ha simplificado mi relación con el guión de "Bella Muerte". El problema, creo, provenía de mis expectativas previas hacia la serie. Yo me esperaba un western fantástico que encajase con el perfil (digamos) convencional de mis series preferidas en la actual Image; títulos como "Zero", "Saga", "Velvet" o "Southern Bastards", que si bien tienen un claro componente autoral, son más o menos tradicionales en términos narrativos. "Bella Muerte", por el contrario, es un tebeo muy libre, ajeno a los postulados del comic mainstream USAmericano, plagado de diálogos crípticos y con una carga lírica y onírica muy fuerte.


El dibujo de Emma Ríos conjuga elementos del manga y del comic independiente norteamericano con un acabado muy visceral, y sin embargo poético, dotando a las escenas de acción de un dinamismo salvaje. A veces me pierdo un poco en sus planos detalle, pero no cabe duda de que sus composiciones de página, potenciadas por los elegantes colores planos o casi planos de Jordi Bellaire, son una gozada. Esta misma poética y visceralidad inundan a nivel global la lectura de "Bella Muerte", hasta el punto en que, sintiéndome en ocasiones perdido o fuera de la narración, no puedo dejar de asombrarme ante la cantidad de grandes momentos que atesora el comic. El balance final es engañoso: "Bella Muerte" es un título que maravillará y horrorizará por igual a distintos lectores dependiendo de sus filias y fobias. Está al mismo tiempo mucho más próximo a la línea editorial arriesgada e independiente de Astiberri y al concepto que puedan tener en oriente del shonen sobrenatural que a los títulos bandera de Image Comics, y me sorprende muchísimo que haya sido un éxito de ventas al otro lado del charco. "Bella Muerte" tiene un punto pretencioso que me irrita. Y un sustrato mitológico, con aires de tragedia griega, que me fascina. Si debo ser sincero, a estas alturas todavía no tengo claro cuánto me ha gustado y cuánto, simplemente, me ha sorprendido: ambas cosas no son necesariamente lo mismo.


  
Fatale: Al Oeste del Infierno
Guión: Ed Brubaker. Dibujos: Sean Phillips.
Panini Comics. Cartoné. 112 págs.


Panini Comics prosigue con la edición en castellano de la penúltima maravilla debida al tándem Brubaker/Phillips (la última, por ahora, es el arranque de "The Fade Out", también para Image Comics). Este tercer tomo recopilatorio, publicado en lujoso formato de tapa dura al igual que los precedentes, contiene las entregas 11 a 14 de la serialización original estadounidense. Se trata de cuatro relatos ubicados en distintos lugares y momentos históricos (la Norteamérica de la Gran Depresión, la Europa medieval, el Lejano Oeste de finales del siglo XIX y la Alemania de la Segunda Guerra Mundial), que añaden unas gotas de western, género bélico y metalenguaje (gracias a ese personaje que representa a un anciano H.P. Lovecraft) al entramado de serie negra y horror tentacular sobre el que se erige la narración.


Poco se puede añadir a esta alturas acerca del buen hacer de Brubaker a los guiones y de Phillips a los lápices y tintas. "Fatale" concluye en su número 24 estadounidense, por lo que aún quedarían otros dos volúmenes en castellano por publicar, y si la calidad continúa siendo tan alta como hasta ahora no me cabe duda de que el tiempo la situará como uno de los trabajos más destacados no sólo del dúo creativo que ya deslumbró con "Sleeper" o "Criminal", sino del moderno tebeo comercial estadounidense.



Parker: Matadero
Guión y dibujos: Darwyn Cooke (adaptando la obra literaria de Richard Stark).
Ed. Astiberri. Cartoné. 104 págs.


La cuarta adaptación de una novela de Richard Stark (nom de plume del novelista Donald E. Westlake) llevada a cabo por Darwyn Cooke ("DC: The New Frontier", "Catwoman") es también la más breve y, por así decirlo, anecdótica. Lejos de la complejidad de anteriores entregas, "Matadero" simplifica al máximo su argumento: el criminal protagonista huye de la escena de su último robo y, tras un aparatoso accidente de tráfico, acaba acorralado por un grupo de mafiosos y policías corruptos que buscan arrebatarle el botín en un parque de atracciones cerrado durante el invierno. Parker es un personaje de una sola pieza, un arquetipo de serie negra cuya gracia consiste precisamente en su incapacidad para la redención y en su condición de superviviente. Como una fuerza de la naturaleza, Parker no evoluciona dramáticamente ni tiene grandes debates internos sobre sus acciones y las consecuencias de éstas. Parker es simplemente Parker.


Que "Matadero" sea el tomo de "Parker" que menos me ha gustado es algo que merece matizarse. Los tres títulos anteriores ("El cazador", "La compañía" y "El golpe") fueron fabulosos, sobre todo el segundo; éste sólo me parece muy bueno. Sigue siendo un placer detenerse en cada plancha salida del lápiz y el pincel de Cooke y maravillarse ante su maestría en la puesta en página, su portentoso sentido del ritmo y su alucinante economía visual. El volumen incluye además una historia corta, "El 7éptimo", que supone la última incursión del guionista y dibujante en el universo literario de Westlake, hasta el punto de que a día de hoy todavía no se sabe si Cooke seguirá adaptando las andanzas de Parker en nuevas entregas o si ya ha dado por concluido ese ciclo de su carrera profesional. Lo cual sería una auténtica lástima: yo quiero más Parker.



El Resurgir
Guión: Scott Snyder. Dibujos: Sean Murphy.
ECC Ediciones. Rústica. 232 págs.


Fui siguiendo en formato digital la publicación de "The Wake" (el título en inglés de "El Resurgir") durante su serialización en los EE.UU. hasta su octavo número, y en aquel momento me estaba pareciendo el mejor trabajo hasta la fecha de su guionista, Scott Snyder (el mismo que firma "Batman: el Tribunal de los Búhos"). El hecho de que el dibujante fuese Sean Murphy, un autor que me cautivó con "Punk Rock Jesus", sumaba (y mucho) a favor de este comic. El anuncio de su publicación en España por parte de ECC Ediciones me animó a esperar a su aparición en castellano para releerme del tirón los capítulos ya conocidos junto al final de la maxiserie, y ahora por fin puedo valorar la obra en su conjunto. Por poner un poco en antecedentes y sin spoilear demasiado: "El Resurgir" parte de una premisa que conjuga terror abisal y ciencia-ficción (un poco de "Abyss" y otro poco de "Deep Blue Sea") para dar en su ecuador un gran giro de timón y derivar en una aventura post-apocalíptica a caballo entre "Waterworld" y "Xenozoic Tales". Snyder combina un montón de ideas con (un leve) trasfondo científico con mitos del folclore marino de distintas culturas en un popurrí que hubiera dado para mucho más en una serie regular: hay al respecto una elipsis en las primeras páginas del capítulo 9 que resulta especialmente llamativa.


La lectura del tomo español de "El Resurgir" me ha dejado un sabor agridulce. Más allá del notable apartado gráfico, en el que se echa de menos algo más de personalidad en el diseño de personajes y criaturas (los sires son todos idénticos independientemente de su tamaño), el guión no profundiza en muchos de sus aspectos más interesantes y ofrece un final rocambolesco de difícil digestión. Da la impresión de que Snyder ha querido abarcar demasiado y su creación se le ha ido de las manos. "El Resurgir" empieza bastante bien y prosigue incluso mejor, pero se desinfla en su tercio final y se convierte en un agradable tebeo del montón. Esperemos que a la nueva serie de creación propia de Snyder, la prometedora "Wytches" de Image Comics, no le acabe pasando lo mismo.



Revival. Vol. 1: Estás entre amigos
Guión: Tim Seeley. Dibujos: Mike Morton.
Ed. Aleta. Rústica. 128 págs.


"Revival" nos lleva hasta Wasau, en el centro rural de Wisconsin, donde un día las personas allí fallecidas durante esa misma jornada vuelven a la vida. Ante la estupefacción de la comunidad científica y las reacciones (apocalípticas e inevitables) de los distintos colectivos religiosos, estos resucitados regresan con sus familias y tratan de reintegrarse en el día a día de la localidad. A primera vista los retornados siguen conservando sus recuerdos y personalidades intactas, pero el inicio de una serie de sucesos extraños induce a pensar que el incidente tendrá aún más consecuencias de las ya evidentes. Con Wasau acordonado por las autoridades federales y los medios y la opinión pública pendientes de cualquier nueva información que arroje algo de luz sobre el inexplicable fenómeno, el sheriff local pondrá a su hija mayor, la agente Dana Cypress, como encargada de dirigir la unidad dedicada a tratar cualquier crimen o conflicto relacionado con los resucitados.


Con la publicación de "Revival" Aleta se apunta un tanto al sumar a sus licencias de Image en España ("Prophet", "Sex", "Glory" y el universo "Invencible") otra de las colecciones regulares de la editorial con el logo en forma de i. Espero que la serie vaya bien de ventas y eso les anime no sólo a continuar con la publicación de los siguientes tomos, sino también a la adquisición de otros títulos del sello norteamericano que quizás no interesen a las mayores editoriales patrias. Series como "Nailbiter", "Manifest Destiny", "Bedlam" o "Copperhead", cuyos autores no tienen en principio el tirón comercial de los Brubaker, Hickman, Remender o Vaughan, no deberían quedar inéditas en nuestro país, y Aleta me parece una seria candidata a publicarlas por estos lares. Sobre el comic en sí, puedo decir que este primer tomo me ha dejado buen sabor de boca: si bien el dibujo de Morton es puramente funcional y carece de cualquier atisbo de personalidad artística, el guión de Seeley propone un punto de partida con muchas posibilidades y resuelve la presentación de personajes con acierto. Veremos cómo prosigue este prometedor cruce entre "Les Revenants" y "Fargo".


Seconds
Guión y dibujos: Bryan Lee O'Malley.
Ed. DeBolsillo. Rústica. 336 págs.


Bryan Lee O'Malley, responsable del sorprendente "Scott Pilgrim", demuestra en su segunda obra una madurez y una consistencia artísticas de las que carecía su ópera prima, que empezaba de forma discreta y en cada nuevo tomo daba un pequeño salto cualitativo hacia la excelencia. A cambio, "Seconds" pierde en desparpajo y frenesí conceptual. La notable evolución del dibujo, el inteligente uso del color y una narrativa muy sólida, con algunos interesantes hallazgos formales (la protagonista pudiendo escuchar al narrador en off, por ejemplo, tal y como ocurría en la película "Más extraño que la ficción"), consiguen que pasemos por alto la ausencia de esas innumerables referencias al manga, el rol y los videojuegos que hacían de "Scott Pilgrim" una obra de marcado carácter generacional. "Seconds" es un tebeo mucho más contenido y, hasta cierto punto, convencional. Y quizás por eso mismo consiga agradar a un público al que "Scott Pilgrim" no estaba destinado.


El argumento de "Seconds" presenta a Kate, chef en el restaurante que da nombre al comic, cuya relación con su novio acaba de irse a pique y su sueño de abrir un restaurante propio parece cada día más lejano. En estas circunstancias conocerá a Lis, un misterioso espíritu que habita el Seconds y que posee unas setas mágicas que otorgarán a Kate la posibilidad de deshacer errores pasados y reescribir su vida como si de un comando Ctrl + Z se tratase. Con esta premisa, que recuerda al estupendo film de Richard Curtis "Una cuestión de tiempo", O´Malley nos habla de las segundas oportunidades (el título es un triple juego de palabras), los sueños que dejamos escapar y la necesidad de afrontar con valentía las consecuencias de nuestros actos. De madurar, en definitiva. Algo que, desde el punto de vista artístico, el autor parece estar haciendo de maravilla.


Las películas de los Oscars 2016

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Ha pasado un tiempo desde la última vez que actualicé este blog. Síiii, vaaaale, han pasado más de 7 meses. Pero tengo un millón de buenas excusas, lo prometo: desde aquella última entrada perdí un trabajo, me mudé a otro país, viví en 4 pisos distintos (y estoy a punto de mudarme a un quinto), conseguí un nuevo trabajo, empecé un proyecto personal que posiblemente nunca llegue a buen puerto (pero que me hace muy feliz cuando puedo dedicarle más de 5 minutos seguidos) y por el camino encontré tiempo para ver todas las películas que optan a más de una estatuilla en los próximos Oscars de Hollywood. Ah, y celebré las Navidades con mi familia por primera vez en 3 años. No todo sucedió en ese orden, pero sí os garantizo que todo sucedió en los últimos 7 meses. Así que no me juzguéis tan precipitadamente, malpensados.

#OscarsSoWhiteHostedByChrisRock

Me pasa una cosa muy rara con los Oscars: ni les reconozco ningún tipo de infalibilidad cinematográfica, porque las pelis que ganan casi nunca me parecen las que lo merecían (no finjas que esto no va contigo, "Slumdog Millionaire"), ni me interesa demasiado la ceremonia de entrega de premios, con su glamour y su alfombra roja y sus joyas prestadas por firmas que esclavizan a miles de personas en las minas de diamantes de Sierra Leona. Lo que ocurre es que sí creo que entre las cintas nominadas suele haber un nivel bastante aceptable. Tal vez sólo 2 ó 3 acaben pareciéndome realmente memorables, y puede que unas cuantas sean en realidad una basura (en la edición anterior "Into the Woods" optaba a 3 estatuillas, por el amor de dios), pero incluso en los peores años el esfuerzo de intentar ver las películas nominadas siempre acaba, para mí, con un balance positivo. Con todo, lo que más disfruto realmente de la majaradería de los Oscars es precisamente mi entrada anual en el Abismo; tanto como para abandonar puntualmente mi retiro bloguero y dedicarle el rato que me ha llevado escribirla, subir las correspondientes imágenes, apostar en mi personal quiniela y, por supuesto, elegir los VereGIFtos.

Antes de entrar en faena, un apunte: los posters que acompañan a cada película no son los oficiales, sino las versiones "honestas" (y mucho más divertidas) que The Shiznit publicó hace unos días en su web. Todos menos el de "Star Wars: The Force Awakens", que es un fan-art que encontré por internet.

Las grandes favoritas

Un año más la Academia vuelve a nominar a 8 cintas en la categoría de mejor película, cuando todos intuimos que las candidatas con opciones reales, a la vista del resto de nominaciones, son apenas 3 ó 4. Un año de estos deberían dar la sorpresa (al estilo Marisa Tomei) y premiar a una peli de las que hacen bulto, sólo por el placer de trollear. Como "Brooklyn", por ejemplo, que se ha colado entre las 8 grandes con apenas 2 nominaciones más (actriz principal y guión adaptado), mientras que "Carol" no opta a mejor película pero sí está nominada en seis apartados (incluyendo los mismos en los que compite "Brooklyn"). ¿Tiene esto algún sentido? Pues aunque no lo parezca sí lo tiene, y se llama marketing: estar nominada a mejor película es un reclamo importante para la taquilla. Lo que no sé es qué clase de favores tienen que hacer los estudios para lograr este privilegio.

Las 8 candidatas a mejor película de este año son las siguientes:

The Big Short (La Gran Estafa)


De qué va: poco antes de la crisis económica de 2007, unos outsiders del negocio de la bolsa vieron señales del inminente derrumbe del sector inmobiliario y, por supuesto, apostaron contra la economía mundial para hacerse ricos. Inspirada en el libro homónimo de Michael Lewis y en los hechos reales que han jodido a millones de familias a lo largo y ancho del planeta.

A qué está nominada: 5 candidaturas: película, director (Adam McKay), actor de reparto (Christian Bale), guión adaptado y montaje.

Puntos fuertes: un elenco repleto de caras conocidas entre las que destaca especialmente la interpretación de Christian Bale como un antisocial profeta de la macroeconomía con un ojo de vidrio. La relevancia de su trasfondo socioeconómico y la necesidad de seguir denunciando los desmanes de la banca que provocaron el desplome de Wall Street.

Puntos débiles: si uno no tiene ciertas nociones sobre el funcionamiento de la bolsa y sobre cómo se gestó la crisis (hipotecas NINJA, CDOs, calificaciones triple A) es posible que acabe prestándole más atención al flequillo de Steve Carrell que al argumento del film. Suerte que yo había visto "Inside Job".

Una opinión personal: "La Gran Apuesta" tiene tantas cosas para ensalzar como para criticar. Su montaje frenético, el humor políticamente incorrecto, algunas de las interpretaciones (no todas, Brad) y esos insertos-cameo con explicaciones de macroeconomía apuntan a gran cine, mientras que la inaccesibilidad de la mayoría de sus diálogos sobre el funcionamiento de la bolsa, las caracterizaciones de algunos personajes y la sensación constante de que "La Gran Apuesta" es un derivado oportunista de "El Lobo de Wall Street" (que, no nos engañemos, era una película bastante mejor) me dejan envuelto en un mar de dudas.

VereGIFto:



Bridge of Spies (El Puente de los Espías)


De qué va: Tom Hanks es un gran abogado y mejor persona, muy americano y mucho americano, forzado a defender en los juzgados a un espía soviético más majo que las pesetas. Inspirada en hechos reales teñidos de azul, blanco y rojo.

A qué está nominada: 6 candidaturas: película, actor de reparto (Mark Rylance), guión original, banda sonora, diseño de producción y sonido.

Puntos fuertes: la cautivadora interpretación de Rylance como estoico espía amante de las artes. El tridente Spielberg/Hanks/Coen (porque el guión es de los hermano ídem) garantiza unos mínimos de profesionalidad que para otros resultarían simplemente inalcanzables...

Puntos débiles: ...lo cual no significa que "El Puente de los Espías" no sea una obra menor en la filmografía de un realizador que ya ha conseguido galardones para varias vidas y que, en realidad, ni siquiera está nominado en la categoría de dirección (lo cual descarta casi totalmente que el film pueda hacerse con el premio a la mejor película del año).

Una opinión personal: la primera hora de "El Puente de los Espías" me parece estupenda. Tom Hanks derrocha carisma, Mark Rylance cae simpático desde la primera escena y el guión de los Coen contiene algunos momentos excepcionales (como el ingenioso monólogo sobre "qué nos convierte en americanos"). Pero luego la peli se parte en dos y pasa de ser una intrigante historia de abogados a convertirse en un pausado thriller de espionaje... y ahí, cuando suben las apuestas, curiosamente es cuando la peli pierde garra y yo empiezo a desconectar de lo que me cuenta.

VereGIFto:



Brooklyn


De qué va: Eilis, una joven muchacha irlandesa, emigra a Nueva York en busca de las oportunidades laborales que en su país le resulta imposible encontrar. Adaptación de la novela de Colm Toibin, inspirada a su vez en tantas y tantas historias de inmigrantes irlandeses en EE.UU. Más o menos el mismo tipo de historias y de inmigrantes que hoy en día exporta España a todo el mundo...

A qué está nominada: 3 candidaturas: película, actriz principal (Saoirse Ronan), guión adaptado.

Puntos fuertes: su mensaje de integración cultural gustará al público estadounidense, tan orgulloso de que su país sea conocido como la "tierra de las oportunidades". La inocente candidez de Saoirse Ronan.

Puntos débiles: su falta de nominaciones en algunas de las categorías llave para hacerse con el premio a mejor película (dirección y montaje, principalmente) la sitúan como la seleccionada con menos opciones al galardón principal. De hecho, sería una gran sorpresa que "Brooklyn" ganase alguno de los Oscars a los que opta.

Una opinión personal: gracias a su esforzado reparto y a la innegable profesionalidad del guionista Nick Hornby, "Brooklyn" maquilla su naturaleza telefílmica (con triángulo amoroso de manual, para más inri) ofreciendo una sentida oda a la morriña. Teniendo en cuenta que hace apenas un mes que un servidor se vino a vivir al extranjero y se siente más inmigrante que nunca, es inexplicable que la peli no haya conectado conmigo a un nivel más profundo. Lo dicho: telefilm venido a más.

VereGIFto:



Mad Max: Fury Road (Mad Max: Furia en la Carretera)


De qué va: Max Rockatansky, el guerrero de la carretera, se ve envuelto sin comerlo ni beberlo en un enfrentamiento sobre ruedas entre Inmortan Joe, un señor de la guerra polígamo y asmático, e Imperator Furiosa, una amazona postapocalíptica destinada a convertirse en el último icono femenino del cine de acción.

A qué está nominada: 10 candidaturas: película, director (George Miller), montaje. fotografía, diseño de producción, vestuario, maquillaje, sonido, efectos sonoros y efectos visuales.

Puntos fuertes: "Mad Max: Fury Road" ha conseguido poner de acuerdo a crítica y público aunando el sentido artesanal del cine de acción de los 80 (efectos especiales prácticos, actores especialistas, planificación clásica de las escenas de acción) con la espectacularidad de las super-producciones actuales: un blockbuster de autor que ya ha dejado su impronta en el imaginario colectivo.

Puntos débiles: la Academia tiene serias reticencias a la hora de premiar en las categorías principales a films de acción y temática fantástica, lo cual le resta muchas opciones en la competición por el galardón a mejor película.

Una opinión personal: Ruido y furia. Arena y relámpagos. Guitarras llameantes. Sangre, sudor y guzzoline. Como una colaboración entre Frank Miller y El Bosco en la revista "Métal Hurlant", con Metallica sonando mientras lees ("Gimme fuel / Gimme fire / Gimme that which I desire!"). Una pieza artesanal de destrucción coreografiada... escasita de argumento y diálogos, sí, pero eso es lo que tienen experiencias viscerales como "Mad Max: Fury Road", que no necesitan ser más de lo que son. Como el buen sexo, el Cookie Dough de Ben & Jerry's o el gol de Iniesta en el España-Holanda de 2010.

VereGIFto:



The Martian (Marte)


De qué va: Matt Damon viaja a Marte, pierde de vista a sus colegas y se queda solo y triste en el planeta rojo a la espera de que la humanidad invierta miles de millones de dólares en su rescate. Te lo tengo dicho, Matt: deja de joder y no salgas de casa.

A qué está nominada: 7 candidaturas: película, actor principal (Matt Damon), guión adaptado, diseño de producción, sonido, efectos sonoros y efectos visuales.

Puntos fuertes: después de la sobredosis de drama espacial de "Gravity" e "Interstellar", encontrarse con un astronauta con tanta guasa como el que encarna Damon en una de sus interpretaciones más carismáticas supone un soplo de aire fresco. "The Martian" (lo siento, aborrezco la traducción española del título) tal vez no sea la peli favorita de nadie, pero tiene todos los ingredientes para agradar a casi cualquier espectador o crítico.

Puntos débiles: esa misma condición de película agradable, que no arrolladora, unida al hecho de que Ridley Scott no está nominado en la categoría de mejor director ni la cinta opta al premio al mejor montaje, le restan muchas opciones de cara al galardón principal.

Una opinión personal: tal vez porque no esperaba demasiado de ella (Scott es capaz de lo mejor y de lo peor), "The Martian" me ha sorprendido muy gratamente. Entre rigurosas verdades científicas, un sentido del humor contagioso y una playlist plagada de hitos de la música disco setentera, sus 140 minutos se pasan volando y le dejan a uno con una sonrisa dibujada en la cara. Me sobran algunos momentos de buenrollismo internacional, pero supongo que hay que vender entradas en el mercado asiático. Y, honestamente, tampoco es que sea un gran pero.

VereGIFto:



The Revenant (El Renacido)


De qué va: año 1820; brutalmente herido por un oso y abandonado por sus compañeros de expedición, Hugh Glass sobrevivió en condiciones extremas impulsado únicamente por sus ansias de venganza. Adaptación de la novela de Michael Punke, que a su vez está inspirada en hechos reales.

A qué está nominada: 12 candidaturas: película, director (Alejandro González Iñarritu), actor principal (Leonardo DiCaprio), actor de reparto (Tom Hardy), montaje, fotografía, diseño de producción, vestuario, maquillaje, sonido, efectos sonoros y efectos visuales.

Puntos fuertes: "The Revenant" parte como gran favorita de la noche, no sólo en la categoría de mejor película sino también en la de mejor actor principal. Se trata de la cuarta nominación de DiCaprio para el Oscar, y resulta casi imposible imaginarse a otro intérprete recogiendo el premio en esta edición.

Puntos débiles: González Iñarritu obtuvo el galardón al mejor director el año pasado por "Birdman", que a su vez se coronó como mejor película de 2014. Sólo dos realizadores se han alzado con la estatuilla en ediciones consecutivas de los Oscars: John Ford (en 1940 y 1941) y Joseph L. Mankiewicz (en 1949 y 1950). El mexicano lo tiene muy complicado, vaya.

Una opinión personal: "The Revenant" es una peli experiencia, de esas en las que lo sensorial se impone de forma apabullante a lo emocional. Bajo esa premisa no se me ocurre nada que reprocharle. Técnicamente es una absoluta maravilla, y algunos de sus largos planos rodados con steadycam merecen que uno se ponga en pie y aplauda en medio del cine, aún a riesgo de que el tipo de al lado se cabree contigo. No recuerdo unos primeros 30 minutos más bestiales desde el estreno de "Un profeta" (y antes de eso posiblemente tendría que remontarme al desembarco en Normandía de "Salvar al soldado Ryan"). Todo esto no quita para que también sea una peli gélida (intencionadamente) con la que a veces cuesta conectar, más allá de la fascinación que puedan despertar sus poderosos estímulos audiovisuales y un Leonardo DiCaprio que por mí ya puede empezar a celebrar, por fin, que el Oscar es suyo. Tom Hardy también está enorme, ya que estamos. Y el oso, no nos olvidemos del puto oso.

VereGIFto:



Room (La Habitación)


De qué va: una mujer joven y su hijo de 5 años viven en una habitación cerrada a cal y canto, sin posibilidad de contacto con el mundo exterior. Para el niño, que nunca ha estado fuera, la habitación es como el Cosmos de Carl Sagan: "todo lo que existe, ha existido y existirá". Adaptación de Emma Donoghue de su propia novela, inspirada a su vez en esas historias reales que ves en las noticias y te dan ganas de que caiga un meteorito que borre a la humanidad de la faz de la Tierra.

A qué está nominada: 4 candidaturas: película, director (Lenny Abrahamson), actriz principal (Brie Larson) y guión adaptado.

Puntos fuertes: tras imponerse como mejor actriz dramática en los Globos de Oro, Brie Larson ha pasado de ser una auténtica desconocida a figurar como favorita en muchas de las quinielas para los Oscars.

Puntos débiles: como tantas pequeñas-grandes películas que competían en ediciones anteriores (pienso en títulos como "Whiplash", "Philomena" o "Amour"), "Room" simplemente no da el perfil que la Academia suele buscar de cara al premio gordo.

Una opinión personal: a falta de ver cómo la trata el paso del tiempo, ahora mismo no me tiembla el pulso al escribir que "Room" es la cinta que más me ha gustado de entre las nominadas a mejor película. Obviamente carece del atractivo técnico de otros títulos como "The Revenant" o "Mad Max: Fury Road", pero la bofetada emocional que me ha pegado ha sido de las que duelen durante semanas. Y lo tenía difícil, porque el material de partida apuntaba a melodrama chungo de sobremesa o, aún peor, a torture porn malrollista (esto mismo lo rueda Haneke y me quedo en casa, a oscuras y hecho un ovillo durante el próximo lustro). Es posible que a otros espectadores esta historia de amor entre una madre y su hijo les resulte un poco ñoña, pero a mí me ha estrujado la patata como pocas pelis lo han conseguido en los últimos años. Y eso que no tengo críos, porque os juro que si fuera padre me rompía en pedacitos.

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Spotlight


De qué va: el equipo de investigación de un periódico local de Boston recibe el encargo de profundizar en el encubrimiento por parte de la archidiócesis de varios casos de pedofilia protagonizados por sacerdotes. Basada en los hechos reales que adulteraron para siempre la conocida cita bíblica "dejad que los niños se acerquen a mí".

A qué está nominada: 6 candidaturas: película, director (Thomas McCarthy), actor de reparto (Mark Ruffalo), actriz de reparto (Rachel McAdams), guión original y montaje.

Puntos fuertes: un guión milimétrico, una dirección clásica y robusta y un reparto que rebosa naturalidad. Un tema socialmente relevante que pone sobre la mesa los abusos de la Iglesia y la necesidad de un periodismo comprometido. A todas luces, "Spotlight" es la gran alternativa a "The Revenant" como triunfadora en la próxima edición de los Oscars.

Puntos débiles: en su sobriedad y ausencia total de melodrama, es posible que no conecte con esa parte del público que prefiere (legítimamente, añado) lo visceral a lo cerebral.

Una opinión personal: "Spotlight" es una de esas películas que te gustan más al día siguiente de haberla visto que en el momento preciso en que la estás viendo. Por la misma razón por la que uno tarda toda una temporada en darse cuenta de que "The Wire" es una obra maestra y sigue pensando que es la mejor serie de todos los tiempos 5 años después de haberla terminado. Resulta difícil destacar en ella una sola interpretación, una escena concreta, una línea de diálogo especialmente memorable: no es una película que se luzca en ese sentido. Pero cuando uno la piensa reposadamente se da cuenta de que todos los actores están magníficos, que no hay una escena que sobre (o falte) y que la precisión de su libreto sólo puede provenir de un talento inmenso. Tiene ese espíritu periodístico que a unos cuantos (fans de "The Newsroom" y de todo lo que hace David Simon para la pequeña pantalla) nos pone muchísimo, y lo enfoca hacia un tema que siempre me hace cosquillas: sacar a relucir los trapos sucios de la Iglesia (sí, soy un maldito ateo anticlerical). Y es por todo ello que me ha encantado "Spotlight".

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Las otras multinominadas

Además de las 8 candidatas a mejor película, otros tantos títulos tienen opciones de hacerse con más de una estatuilla. Son los siguientes:

Carol


De qué va: en la década de 1950, dos mujeres de diferentes clases sociales, edades y situaciones personales se conocen y se sienten inmediatamente atraídas la una hacia la otra. Inspirada en la novela "El precio de la sal" que Patricia Highsmith tuvo que publicar bajo seudónimo debido al tratamiento políticamente incorrecto (para la época) que en ella hacía del tema de la homosexualidad.

A qué está nominada: 6 candidaturas: actriz principal (Cate Blanchett), actriz de reparto (Rooney Mara), guión adaptado, fotografía, banda sonora y vestuario.

Puntos fuertes: Blanchett y Mara (co-protagonistas ambas pese a lo que digan las nominaciones) en sendas interpretaciones superlativas. Un guión impecable, una banda sonora cautivadora y la puesta en escena más elegante de 2015.

Puntos débiles: incomprensiblemente, "Carol" se ha quedado sin dos nominaciones merecidísimas (en mi nada modesta pero siempre discutible opinión): director y película. Cate Blanchett, posiblemente la mejor actriz de la industria junto a Meryl Streep, ya ha ganado el Oscar en dos ocasiones y la Academia preferirá ver una cara nueva recogiendo la estatuilla.

Una opinión personal: "Carol" es la elegancia, la sensibilidad, el buen gusto y la sutileza hechas cine. Perdón, CINE. Visualmente es sublime: rostros cautivos detrás de ventanas, imágenes especulares, puertas entreabiertas, miradas que se esquivan, se encuentran y se aman... La música enamora. El guión es inteligente, preciso y (una vez más) sutil hasta la fascinación: ¿os podéis creer que en toda la película no se dice ni una sola vez la palabra que empieza por L? Y, por supuesto, es imposible no flipar con las interpretaciones de Blanchett y Mara: las dos se salen de las escalas, están en otra galaxia. Cabrea, claro, que la Academia haya sido tan miope a la hora de repartir las nominaciones, pero pensar en premios cuando se habla de películas como "Carol" es quedarse en lo anecdótico. El arte verdadero está más allá de consideraciones tan mundanas.

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The Danish Girl (La Chica Danesa)


De qué va: a principios del siglo XX, el pintor Einar Wegener se convierte en uno de los primeros casos documentados en la historia de la transexualidad. Inspirada en hechos reales que siguen teniendo una vigencia absoluta entre los tabúes y prejuicios de la sociedad actual. Porque somos unos mierdas.

A qué está nominada: 4 candidaturas: actor principal (Eddie Redmayne), actriz de reparto (Alicia Vikander), diseño de producción y vestuario.

Puntos fuertes: Alicia Vikander y Eddie Redmayne, apabullantes en sus respectivos papeles. Su compromiso con un tema que exige permanente visibilidad y reconocimiento social.

Puntos débiles: Redmayne ganó el Oscar el año pasado por su encarnación de Stephen Hawking en "La Teoría del Todo", así que lo tiene muy difícil para repetir.

Una opinión personal: emocionalmente "La Chica Danesa" me ha dejado un poco frío (pese a que haya momentos en que el film intenta descaradamente lo contrario), pero no puedo más que rendirme a la valentía de su discurso y a las estupendas interpretaciones de ambos protagonistas... haciendo especial hincapié en Alicia Vikander, que para mí supera a Eddie Redmayne del mismo modo en que Felicity Jones lo adelantaba por la derecha en "La Teoría del Todo". Un suertudo, este Redmayne, siempre respaldado por partenaires de nivelazo. A veces hay películas que son más necesarias que buenas, y eso también me parece digno de aplauso.

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Ex Machina


De qué va: un genio científico multimillonario invita a un empleado random de su empresa a un retiro en una finca aislada del mundo, donde está trabajando en un nuevo modelo de inteligencia artifical. Inspirada en las tres leyes de la robótica.

A qué está nominada: 2 candidaturas: guión original y efectos visuales.

Puntos fuertes: su aproximación sobria y prácticamente teatral a una de las ramas más populares de la ciencia-ficción la han convertido en un sleeper de culto. Alicia Vikander, que perfectamente podría haber sido nominada por esta película en lugar de por "La Chica Danesa".

Puntos débiles: es muy probable que las nominaciones y la visibilidad que éstas otorgarán a un pequeño film fantástico como "Ex Machina" sean en sí mismas todo el reconocimiento que vaya a recibir por parte de la Academia.

Una opinión personal: hemos visto tantas historias de robots con dilemas de identidad que encontrar a estas alturas una que se atreva con un planteamiento íntimo y minimalista como el de "Ex Machina" resulta una sorpresa de lo más agradable. Sobre todo si está escrita con inteligencia, filmada con elegancia e interpretada con total entrega por parte de un joven trío actoral que vive un momento particularmente dulce: Alicia Vikander es la gran revelación femenina de 2015, Oscar Isaac lleva tres años a un nivel altísimo tanto en cine como en TV ("Inside Llewyn Davis", "A Most Violent Year", "Show Me a Hero", "Star Wars") Domhnall Gleeson está muy presente en las películas con opciones al Oscar ("Brooklyn", "The Revenant", "Star Wars"... si yo fuese actor me gustaría tener el mismo agente que el hijo de Brendan Gleeson). Por otro lado, "Ex Machina" no inventa nada; de hecho, parte de conceptos archiconocidos de la ciencia-ficción robótica establecidos hace décadas por tipos como Isaac Asimov o Brian Aldiss, llevándolos al terreno emocional de "Her" y a los planteamientos éticos de "Black Mirror" (sí, Gleeson también estuvo allí)... y funciona de maravilla.

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The Hateful Eight (Los Odiosos Ocho)


De qué va: en el Oeste desencadenado de Quentin Tarantino, ocho malditos bastardos (asesinos natos todos ellos) se quedan atrapados como perros en una cabaña abierta hasta el amanecer en medio de una tormenta de nieve, propiciando una aproximación pulp y a quemarropa a los "Diez Negritos" de Agatha Christie. No se me ocurre cómo hacer referencia a "Jackie Brown" o "Kill Bill" en este párrafo, pero espero que hayáis pillado la idea.

A qué está nominada: 3 candidaturas: actriz de reparto (Jennifer Jason Leigh), fotografía y banda sonora.

Puntos fuertes: los tan anunciados 70 mm de Super Panavision son un excelente reclamo para lograr el reconocimiento a la mejor fotografía, incluso si en la mayoría de salas la película se proyecta en formatos convencionales. Por otro lado, la Academia estará deseando premiar a Ennio Morricone, que sorprendentemente nunca ha recibido un Oscar por una de sus bandas sonoras (sí tiene uno honorífico a toda su carrera, de esos que huelen a epitafio).

Puntos débiles: la recepción por parte de la crítica y (sobre todo) del público ha estado muy polarizada. Es inevitable imaginar que tanto Tarantino como sus mecenas los hermanos Weinstein esperaban más nominaciones (una a Samuel L. Jackson probablemente hubiese apaciguado un poco a Spike Lee).

Una opinión personal: mi único problema con "The Hateful Eight" (y no es un problema menor) es que me parece demasiado larga; en mi opinión le sobran perfectamente 20 minutos de película. Tarantino se ha gustado tanto a sí mismo, se ha masturbado tanto con sus interminables diálogos marca de la casa, que no ha sabido poner freno a su ego y se le ha ido el metraje hasta las casi 3 horas. Eso por un lado. Por el otro, "The Hateful Eight" me parece una maravillosa locura repleta de momentos memorables, diálogos (por supuesto) chispeantes y escenas para la posteridad (la de "Noche de Paz" al piano va directa al Top 10 del director de Knoxville). Tiene además una banda sonora maravillosa (alejada, para mi sorpresa, de los previsibles ecos del spaghetti western), una fotografía que desencaja la mandíbula y un reparto sobrado de talento, presencia en pantalla y abrumadora dicción (¡ni se os ocurra verla doblada!). "The Hateful Eight" es una película que sólo podía haber hecho Quentin Tarantino, con todos sus vicios y sus benditas virtudes.

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Inside Out (Del Revés)


De qué va: Alegría, Tristeza, Miedo, Ira y Asco son las cinco emociones que condicionan el mundo interior de Riley. Cuando su familia tenga que mudarse a San Francisco, estos cinco aspectos de su personalidad se verán obligados a lidiar con nuevos sentimientos y experiencias para los que tal vez no estén preparados. Inspirada en el caos mental que todos, en mayor o menor medida, padecemos durante la adolescencia.

A qué está nominada: 2 candidaturas: largometraje de animación y guión original.

Puntos fuertes: salvo debacle, "Inside Out" se irá para casa con el Oscar al mejor largometraje de animación bajo el brazo. Lo raro, de hecho, es que no esté nominada también a mejor película.

Puntos débiles: asumiendo precisamente eso, que no hay otra cinta animada que le tosa en su categoría, es posible que la Academia considere dicho premio como reconocimiento suficiente y no se plantee otorgarle además el galardón al mejor guión.

Una opinión personal: acostumbrados al imposible nivel de excelencia de Pixar, que el estudio de "Toy Story", "Monstruos S.A." y "Up" nos sorprenda una vez más sacándose de la manga una película como "Inside Out", tan genial como cualquiera de las anteriores y al mismo tiempo tan diferente en su complejidad (porque "Inside Out" es la peli de Pixar con el imaginario y la mitología propios más elaborados), roza el milagro. Obra maestra, claro, y una de las mejores películas del estudio... que es lo mismo que decir que es tan buena como, al menos, la mitad de todas las pelis que haya sacado Pixar desde la primera "Toy Story".

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Sicario


De qué va: una voluntariosa agente del FBI es reclutada por un críptico asesor gubernamental en la guerra contra los carteles mexicanos. Inspirada en todas las cosas chungas que pasan al sur de la frontera  entre EE.UU. y Mexico y que alimentan la paranoia racista republicana.

A qué está nominada: 3 candidaturas: fotografía, banda sonora y efectos sonoros.

Puntos fuertes: gran guión, excelente reparto (Emily Blunt lo borda) y una dirección y un montaje precisos como un reloj suizo. Pena que no se la haya reconocido en ninguno de esos apartados.

Puntos débiles: 3 nominaciones técnicas me parecen una miseria para un film que supera en muchos aspectos a varias de las nominadas a mejor película. Desgraciadamente, "Sicario" lo tiene complicadísimo para ganar el Oscar en cualquiera de las categorías en las que compite.

Una opinión personal: supongo que no hay mucha gente que comparta esta opinión, pero "Sicario" me ha parecido una de las mejores cintas estrenadas en 2015. Todo en ella me parece fascinante, de esa manera áspera en la que algunas películas consiguen ser fascinantes sin ser especialmente innovadoras, amables o accesibles... claro que un thriller sobre la guerra contra el narcotráfico nunca debería ser amable ni accesible. "Sicario" encuentra el punto de coincidencia entre las pesadillas de Cormac McCarthy y el militarismo ambiguo de Kathryn Bigelow para poner sobre la mesa cuestiones morales de gran calibre y desterrar para siempre cualquier atisbo de inocencia en la mirada atónita de una soberbia Emily Blunt. Con los años, espero, se hablará de "Sicario", de su director Denis Villeneuve y de la Blunt con reverencia.

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Star Wars: The Force Awakens (Star Wars: El Despertar de la Fuerza)


De qué va:

A qué está nominada: 5 candidaturas: montaje, banda sonora, sonido, efectos sonoros y efectos visuales.

Puntos fuertes: todo el mundo ama Star Wars. Incluso los que odian los episodios I, II y III, a Jar Jar Binks y a Hayden Christensen aman Star Wars (los odian, de hecho, porque aman Star Wars). Seguro que Sadam Hussein y Osama Bin Laden odiaban a los EE.UU. pero amaban en secreto Star Wars. La taquilla, por supuesto, ADORA Star Wars, y eso, más que ninguna otra cosa, va a generar simpatías en una Academia que siempre se muestra agradecida con los éxitos económicos de la industria que la sustenta.

Puntos débiles: ninguno, a priori, en las categorías en las que compite. Como película, no obstante, ha suscitado reacciones de lo más variopinto: desde el orgasmo nerd de los fans más entregados (esos que ya la bendecían antes del estreno) hasta la repulsa del talifán de la primera (y única, dicen ellos) trilogía, pasando por la indiferencia de personajes más allá del bien y del mal como Friedrich Nietzsche y Carlos Boyero (cuya opinión en lo que respecta a blockbusters palomiteros no podría importarme menos).

Una opinión personal: J.J. Abrams y Lawrence Kasdan nos han colado un reboot por la escuadra, un "Jurassic World" con sables láser con guardas y Estrellas-de-la-Muerte-aún-más-grandes. Me sentiría profundamente decepcionado si no fuese porque me lo he pasado como un enano viendo en el cine (¡dos veces!) este "Despertar de la Fuerza" que consigue, por fin, recuperar el espíritu de la trilogía original y devolverme a la galaxia muy, muy lejana de mi tierna infancia. No le busquéis explicaciones intrínsecamente cinematográficas al asunto porque no las tiene: se ha sacrificado cualquier atisbo de innovación en favor de la nostalgia y el fan-service, sí, y el gambito Abrams ha funcionado conmigo a todos los niveles. Porque a veces queremos ver lo que queremos ver, y punto.

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Steve Jobs


De qué va: versión libre, incompleta y teatral de la vida del fundador de Apple; la figura histórica que, por razones que se me escapan, ha merecido más biopics en el último lustro.

A qué está nominada: 2 candidaturas: actor principal (Michael Fassbigger) y actriz de reparto (Kate Winslet).

Puntos fuertes: su espectacular elenco actoral, que también incluye a Jeff Daniels y a Michael Stuhlbarg. Sí, vale, y a Seth Rogen.

Puntos débiles: la falta de nominaciones en otras categorías (algunos suponíamos que, al menos, el libreto de Aaron Sorkin estaría entre los cinco premiables) evidencia que esta a priori favorita en la carrera por los Oscars no ha calado demasiado hondo entre los académicos. Kate Winslet ya tiene su estatuilla (por "The Reader") y Michael Fassburguer ha tenido (y tendrá, seguro) oportunidades más claras de hacerse con ella... como cuando NO LO NOMINARON por "Shame". ¿Os acordáis de "Shame"? Qué peliculón, por dios, y ese año nadie se acordó de Fassverga, que estaba homérico, apocalíptico, pluscuamperfecto. Un poco lo que le ha pasado a Idris Elba este año con "Beasts of No Nation"; para que veáis como se las gasta la Academia. Me encanta "Shame". Sí. Me encanta. Ay.

Una opinión personal: mira que me estaba gustando "Steve Jobs", y eso que el personaje real me la trae totalmente al fresco. Soy muy fan tanto de Fassboiler (estupendo... como siempre, vaya) como de Sorkin y su amado-y-odiado-a-partes-iguales walk'n'talk. La estructura teatral en tres actos me había sorprendido para bien y, aunque a Danny Boyle le tengo un poco de tirria, aquí no molesta con sus moderneces videocliperas y consigue ofrecerles a los actores y al guión una eficaz puesta en escena. Así que ya os podéis imaginar la cara de espanto que se me quedó al ver cómo al final de la película director y guionista lo tiran todo por la borda cayendo en el burdo y manido cliché del biopic redentor: FAIL. Esto con David Fincher no hubiese pasado.

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Mi quiniela personal

La porra que viene a continuación no refleja mis preferencias, sino lo que creo que decidirán los académicos: dos cosas bien distintas.


Mejor película

"Spotlight"

Mejor director

Thomas McCarthy por "Spotlight"

Mejor actor principal

Leonardo DiCaprio por "The Revenant"

Mejor actriz principal

Brie Larson por "Room"

Mejor actor de reparto

Sylvester Stallone por "Creed"

Mejor actriz de reparto

Alicia Vikander por "The Danish Girl"

Mejor largometraje animado

"Inside Out"

Mejor guión original

"Spotlight"

Mejor guión adaptado

"Room"

Mejor película de habla no inglesa

"Son of Saul"

Mejor diseño de producción

"Mad Max: Fury Road"

Mejor fotografía

"The Revenant"

Mejor vestuario

"The Revenant"

Mejor montaje

"Spotlight"

Mejores efectos visuales

"Mad Max: Fury Road"

Mejor maquillaje

"Mad Max. Fury Road"

Mejor sonido

"The Revenant"

Mejores efectos sonoros

"Mad Max: Fury Road"

Mejor banda sonora

"The Hateful Eight"

Mejor canción
"Writing's on the Wall" (Sam Smith) de la película "Spectre"

Mejor documental

"The Look of Silence"

Mejor cortometraje de ficción

"Day One"

Mejor cortometraje documental

"Claude Lanzmann: Spectres of the Shoah"

Mejor cortometraje animado

"World of Tomorrow"

La generación del desengaño

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“El mundo a tus pies”, segunda novela gráfica de Pep Domingo AKA Nadar tras su sorprendente debut en 2013 con “Papel estrujado”, bien podría ser mi tebeo favorito de 2015. No puedo afirmarlo con rotundidad porque aún me quedan cosas muy interesantes por leer de las publicadas en España durante el pasado año, pero es verdad que muy pocos títulos (ahora mismo sólo se me ocurren “El Escultor” de Scott McCloud y “La Casa” de Paco Roca) han conectado emocionalmente conmigo en los últimos meses del modo en que lo ha hecho la obra del joven dibujante y guionista catalán.


Entender esta conexión requiere un poco de background personal, pero prometo no aburriros con mi vida privada más allá de este párrafo: el pasado 6 de enero me subí con mi pareja a un avión rumbo a Londres y desde entonces ambos hemos estado enfrascados en una lucha diaria por encontrar trabajo, piso y una cierta prosperidad que, debido a las circunstancias político-económicas que imperan en España, se nos había estado negando durante demasiado tiempo. Tampoco quiero ponerme trágico: hasta hace poco los dos teníamos trabajo en Madrid y vivíamos relativamente bien. “Relativamente”significa que aunque no teníamos ni coche ni vivienda propios, podíamos pagar el alquiler de un piso en el centro de la capital (con sus correspondientes facturas), ir al cine cada 2 ó 3 semanas, comprar tebeos con regularidad, pedir sushi a domicilio en ocasiones especiales y, después de ahorrar durante un año y medio, permitirnos el lujo de irnos 15 días de vacaciones al extranjero. La nuestra no es la cara más triste de la crisis, desde luego, y hasta que un servidor no se vio en la calle a mediados de septiembre y mi novia tuvo la certeza de que, tras 5 años dedicados a la compañía en la que trabajaba, NUNCA iban a promocionarla u ofrecerle siquiera un contrato indefinido (porque la fórmula del fijo discontinuo es un chollo para los empresarios de la hostelería), no nos planteamos seriamente la posibilidad de buscarnos el garbanzo en pastos más verdes (y lluviosos), mejorar nuestras aptitudes lingüísticas y, con un poco de suerte, llegar un poco más lejos profesionalmente de lo que los miserables estándares laborales españoles permiten actualmente a la gente de nuestra generación.

Precisamente es la gente de nuestra generación (la de mi novia, la mía y la de Nadar, nacidos los tres entre 1983 y 1985) la que protagoniza “El mundo a tus pies”, título que ironiza con la precaria situación profesional y, de rebote, personal de todos aquellos que fuimos educados bajo consignas tan prometedoras como “tienes que sacarte un título universitario para encontrar un buen trabajo”, “si te esfuerzas todo llegará”o, ya en los últimos tiempos, “lo importante es tener un máster”. “El mundo a tus pies” presenta tres historias independientes protagonizadas por Carlos, un ingeniero que trabaja de dependiente en Bershka una tienda de ropa y que debe plantearse el abandonar a su pareja y a su mejor amiga para irse a trabajar de lo suyoa Estonia; David, en el paro y con nulas expectativas laborales a corto o medio plazo, cuidando cada día de su abuelo incapacitado mientras su madre los mantiene a ambos con su sueldo de limpiadora; y Sara, licenciada en Historia que subsiste como teleoperadora, al borde de la depresión, mientras su paciencia se agota progresivamente ante un entorno que la obliga a “sentirse afortunada porque podría estar mucho peor”. Cualquiera de estas historias os sonará, aunque sea con otros nombres, porque seguramente conozcáis a un montón de gente de entre 25 y 35 años con una o dos carreras, algún máster y dominio de al menos un par de idiomas, que están actualmente en el paro, trabajando por una miseria en un puesto para el que están claramente sobrecualificados o, si han tomado la misma decisión que mi pareja y yo, buscando fortuna en el extranjero.


Tal vez nuestra generación no haya vivido guerras mundiales o civiles, bajo el yugo de una dictadura política o durante un proceso de transición hacia la democracia, pero conocemos de primera mano otras formas de precariedad y otros tipos de dictadura, impuestos por generaciones anteriores que nos miran por encima del hombro, ridiculizando nuestra escasa capacidad de sufrimiento y superación personales, como si haber corrido delante de los grises invalidase los argumentos de aquellos que recibieron palos en la Plaza de Colón por manifestarse en las Marchas de la Dignidad. Puede que nuestra generación no tenga a un Carlos Giménez dibujando “Paracuellos” o “Barrio”, pero tiene a Nadar firmando “El mundo a tus pies”, que puesto en su contexto me parece exactamente igual de reivindicativo y relevante.

Por supuesto, esa relevancia que atribuyo al comic no proviene sólo de su temática e intenciones: “El mundo a tus pies” me parece una obra de una madurez artística sorprendente, capaz de describir a todos los niveles a un puñado de personajes entrañables, nada encorsetados o maniqueos (porque tal vez sean víctimas de la crisis, pero también lo son de sus propias decisiones vitales), y de sacar adelante las tres historias sin caer jamás en en el melodrama o el panfleto político. El retrato que Nadar hace de esta juventud española y de la sociedad en la que sobrevive es terriblemente veraz, hasta el punto de que la lectura de “El mundo a tus pies” me ha hecho sentir orgulloso de mi generación por momentos, pero también culpable al reconocerme fugazmente entre algunos de los personajes que han acabado cayéndome menos bien: ese amigo de David, auténtico hijo de papá, que distorsiona frívolamente la ideología del 15-M ante una máscara de “V de Vendetta”; esa pareja aburguesada de amigos de Sara que presume de sus baratísimasvacaciones en Vietnam. Todos son gente muy real; a veces demasiado real como para no sentir un poco de vergüenza en mis propias carnes.


Y luego está la parte formal, brillantísima, donde se evidencia el gran salto cualitativo de Nadar como dibujante y narrador. Y eso que “Papel estrujado” ya era en ese sentido un trabajo mayúsculo. En “El mundo a tus pies” el trazo se limpia y las formas se cierran, ganando el conjunto en expresividad y claridad expositiva. La adición de colores planos, usados con fines narrativos, aporta matices imprevistos en cada una de las historias (me ha gustado especialmente la puesta de sol en la tercera) y la cantidad de recursos visuales que Nadar despliega en estas más de 200 páginas magníficamente editadas por Astiberri lo confirman como uno de los autores españoles más talentosos de su/mi/nuestra generación: ésa que salió a comerse el mundo armada con títulos académicos y con las promesas de seguridad y esperanza con que nos habían regalado los oídos desde críos, sin saber que nuestro futuro llevaba años hipotecado.

Espero que al menos Nadar sí pueda comerse el mundillo del tebeo, porque con obras como “El mundo a tus pies” sin duda lo merece. ¿Premio Nacional de Comic 2016 a la vista?

10 comics todavía inéditos en España que estoy leyendo en formato digital - Volumen 3

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Hace un tiempo, cuando este blog se actualizaba con cierta regularidad, escribí un par de entradas (ésta y ésta) señalando una veintena de títulos que por aquel entonces aún no habían visto la luz en castellano y que tenían muy buena pinta. Algunos ya han sido o están siendo publicados en España por diferentes editoriales ("Muerdeuñas", "Ciencia Oscura", "Clase Letal", "Lazarus", "Paria", "El Multiverso", "Velvet", "Zero"...), otros siguen esperando su oportunidad (caso de "Southern Bastards", "The Fade Out" o "Sex Criminals", por citar algunos que seguro llegarán a las librerías patrias más tarde o más temprano) y unos pocos parecen condenados a no ver jamás la luz en la lengua de Cervantes ("Bedlam", "Federal Bureau of Physics", "The Royals" o "Manifest Destiny"). Siguiendo la estela de aquellas entradas, me gustaría reseñar brevemente diez series que han arrancado en Estados Unidos en los últimos meses y que probablemente también lo harán en algún momento futuro en España.

Birthright
Guión: Joshua Williamson. Dibujo: Andrei Bressan. Color: Adriano Lucas.
Image Comics. Serie abierta. 14 números publicados.


Un año después de la desaparición del pequeño Mikey, la familia Rhodes está totalmente descompuesta. El padre, acusado por la opinión pública de ser el asesino de su propio hijo, es una sombra del hombre que fue; la madre, separada ahora de su marido, es incapaz de encontrar un nuevo sentido a su vida, y el mayor de sus hijos todavía mantiene la esperanza de encontrar a su hermanito. Las cosas se ponen realmente extrañas cuando un bárbaro hiper-musculado, armado hasta los dientes con espadas llameantas y hachas encantadas, aparece de la nada afirmando ser Mikey y haber pasado los últimos años librando una batalla épica contra el mayor de los males en un mundo de dragones y mazmorras donde el tiempo transcurre a un ritmo diferente.


Joshua Williamson, guionista de "Muerdeuñas" (¡yeah!) y "Fantasmas" (¡buuuh!), combina elementos de sagas fantásticas como "El Señor de los Anillos" y "Las Crónicas de Narnia" con las persecuciones trepidantes de "El Fugitivo". El dibujante Andrei Bressan da el do de pecho en las páginas ambientadas en el mundo mágico. Juntos logran entregar cada mes (más o menos) un tebeo que supera las expectativas generadas por su algo tópica premisa: de hecho, hace falta llegar a la última página del primer número para comprender que éste no va a ser el comic que hasta entonces creías estar leyendo...



Black Magick
Guión: Greg Rucka. Dibujo: Nicola Scott. Color: Nicola Scott y Chiara Arena.
Image Comics. Serie abierta. 5 números publicados.


A todos nos cuesta más o menos conciliar nuestra vida profesional con nuestra vida personal. Para Rowan Black, detective de homicidios en el Departamento de Policía de Portsmouth, las cosas son un pelín más complicadas. Porque Rowan es una bruja, descendiente de un linaje de mujeres practicantes de la magia negra, y su relación con lo oculto está a punto de inmiscuirse en su carrera policial: mientras ella intenta mantener sus prácticas mágicas en secreto para el resto de sus compañeros en el cuerpo, alguien (o algo) muy poderoso ha emprendido una cruzada contra Rowan, pero ella no sabe quién ni por qué.


Greg Rucka, co-creador de otro de los actuales éxitos de Image, “Lazarus”, escribe un híbrido entre la añorada “Gotham Central” (del propio Rucka junto a Ed Brubaker) y la también muy recomendable “Rachel Rising” de Terry Moore, y pone un estupendo guión en manos de la dibujante australiana Nicola Scott para que ésta se luzca de lo lindo: no sólo sus personajes y escenarios son una auténtica delicia para la vista, sino que además el ingenioso uso del color (asistido por Chiara Arena) ofrece un espectacular acabado pictórico mientras cumple una destacada función narrativa. Basándome en el altísimo nivel de estos 5 primeros capítulos, “Black Magick” bien podría ser el mejor tebeo firmado por Rucka hasta la fecha.



Cry Havoc
Guión: Simon Spurrier. Dibujo: Ryan Kelly. Color: Nick Filardi, Lee Loughridge y Matt Wilson.
Image Comics. Serie abierta. 2 números publicados.


"Cry Havoc" es, que yo recuerde, el primer comic escrito por Simon Spurrier que he leído. Según la Wikipedia el guionista inglés tiene una interesante carrera en revistas británicas como la emblemática "2000 AD" y en la franquicia mutante de Marvel Comics, pero si me decidí a darle una oportunidad a su nueva serie regular creada junto al dibujante Ryan Kelly (que me sonaba un poco más por su trabajo en "Local" junto a Brian Wood) fue porque a) la publica Image Comics, b) ha sido elogiada por Alan Moore y c) tiene una premisa bastante molona, resumida tal que así en la camapaña publicitaria previa a su lanzamiento: "it's not about a lesbian werewolf going to war, except of kind it is" ("no trata sobre una mujer-lobo lesbiana que va a la guerra, excepto porque en cierto modo sí trata sobre eso").


Ésa es la descripción que ofrecen sus creadores, pero si me preguntáis a mí os diré que me parece un híbrido entre "Lycanthrope Leo" (un manga poco conocido de Kengo Kaji y Kenji Okamura sobre humanos que se transformaban no sólo en lobos, sino en todo tipo de animales monstruosos) y "Zero Dark Thirty (La Noche Más Oscura)", aunque en los dos números publicados hasta la fecha también encontramos lecciones de sexualidad animal, unas gotas de slice of life londinense y los primeros apuntes de lo que será, intuyo, una profunda exploración del folklore y los mitos relacionados con los procesos de transformación. Y por si todo ello pareciera poco, la trama se desarrolla en tres líneas temporales perfectamente identificadas por las distintas paletas de colores aplicadas por cada uno de sus tres coloristas. ¿Ambicioso? Por supuesto. Y también altamente prometedor.



DK III: The Master Race
Guión: Frank Miller y Brian Azzarello. Dibujo: Andy Kubert y Klaus Janson. Color Brad Anderson: 
DC Comics. Serie limitada de 8 números. 3 números publicados.


DC Comics pasa por horas bajas: a la espera de que el estreno de "Batman v Superman: Dawn of Justice" propicie un empujón a sus ventas, su desastrosa gestión editorial de iconos como Superman, Wonder Woman o Flash (del que se habla más por su serie televisiva que por sus aventuras impresas) la ha llevado de relanzamiento en relanzamiento y de evento en evento sin acercarse a los beneficios de su competidora directa, Marvel Comics. Mientras las cabezas pensantes de DC encuentran una solución a esta deriva, el recurso inevitable es tirar de vacas sagradas y ofrecer a los lectores veteranos un revival de clásicos de los 80 y 90: primero fue "Before Watchmen", después vino "The Sandman: Overture" y ahora llega una nueva secuela de "The Dark Knight Returns" de Frank Miller. ¿Cuánto tardará la editorial en ofrecerle un cheque en blanco a David Lloyd para que les deje publicar "VI for VIctory"?


Por mucho que el nombre de Miller figure el primero en los créditos de "DK III: the Master Race", resulta complicado estimar cuánto ha aportado el creador de "Sin City" al proyecto y cuánto del resultado final es responsabilidad del co-guionista Brian Azzarello y del dibujante Andy Kubert (entintado, para redondear la jugada nostálgica, por el mismo Klaus Janson que finalizaba las páginas de Miller en los 80). Desde luego, quien espere encontrar en "DK III" la visceralidad, mala baba y energía visual de las anteriores entregas ya puede irse haciendo a la idea de que esto es otra cosa muy distinta: un entretenido tebeo de super-héroes que probablemente nadie recuerde con especial reverencia dentro de 20 años. Quedan todavía 5 números para su conclusión y sin embargo Miller ya ha anunciado que está trabajando en solitario (esta vez sí) en un futuro "DK4". ¿Se habrá arrepentido de dejar su creación en manos ajenas?



The Goddamned
Guión: Jason Aaron. Dibujo: R.M. Guéra. Color: Giulia Brusco.
Image Comics. Serie abierta. 3 números publicados.


Desde que fuera anunciada hace meses, “The Goddamned” se convirtió en lectura imperativa para un servidor por una razón bien sencilla: se trata de la nueva serie regular del tándem formado por Jason Aaron y R.M. Guéra, responsables de uno de mis comics favoritos de los últimos años, “Scalped”. Si con eso no estuviese todo dicho, la premisa, en las antípodas de las desventuras de Dash Caballo Terco y Lincoln Cuervo Rojo, proponía una relectura libérrima e hiperviolenta del Antiguo Testamento, lo cual suena a marcianada pero no lo es. En un mundo más próximo a la Era Hiboria de Robert E. Howard que a lo que la monja/beata de turno te contó en Catecismo, el primer asesino de la Historia, maldito por Dios con la carga de la inmortalidad, lleva 1.600 años buscando la muerte sin poder encontrarla. Paralelamente, un señor de la guerra llamado Noah (Noé para los hispanohablantes) siembra el terror en nombre de una cruzada divina que culminará con un diluvio universal que barrerá de la Tierra todo rastro de pecado y perversión... y de la humanidad, ya puestos.


Aaron continúa demostrando que, pese a los resultados mediocres de sus series de encargo para Marvel, sus trabajos de creación propia son apasionantes. De hecho, su otra serie para Image, “Southern Bastards”, es una de las actuales joyas de la editorial. El arte de Guéra, dibujante que conjuga con maestría la estética del western francobelga con el dinamismo del comic-book USA, redondea una serie que no hace más que darme alegrías mes sí y mes también. Si además eres de los que piensan que la Biblia es una de las novelas de fantasía heroica más apasionantes de todos los tiempos, “The Goddamned” es tu nuevo tebeo de cabecera.



I Hate Fairyland
Guión y dibujo: Scottie Young. Color: Jean-Francois Beaulieu.
Image Comics. Serie abierta. 5 números publicados.


Si eres aficionado a los comics de super-héroes probablemente te hayas cruzado en más de una ocasión con alguna de las numerosas portadas protagonizadas por bebés que Scottie Young ha dibujado para Marvel en los últimos años. Son ilustraciones muy cuquisde trazo cartoon con versiones infantiles de tipos como Ojo de Halcón, Iron Man o Thanos, perfectas para alimentar el consumismo de los coleccionistas de cubiertas alternativas. A mí, lo confieso, me dan totalmente igual esas estrategias mercadotécnicas, pero es innegable que el estilo de Young es de los que capturan la mirada desde que ésta se posa sobre el papel o la pantalla. Después de acompañar a Eric Shanower en su adaptación a las viñetas de “El mago de Oz” y de trabajar como guionista y dibujante en los primeros episodios de la última (y coyuntural) cabecera protagonizada por el guardián de la galaxia Mapache Cohete, el ilustrador norteamericano estrena su primer título de creación propia bajo el paraguas de (¿lo habéis adivinado? ¡pues claro!) Image Comics, y el resultado excede todas mis expectativas.


Lo confieso: pensaba que “I Hate Fairyland” sería una estupidez hermosamente dibujada, capricho de un ilustrador respaldado por el fandom. La clase de tebeo que dio mala fama a Image en los 90, cuando tipos como Jim Lee, Todd McFarlane o Marc Silvestri decidieron que además de ser dibujantes también querían ser guionistas. Por suerte “I Hate Fairyland” no es sólo un tebeo bonitísimo (bastante más, de hecho, que cualquier cosa jamás firmada por Lee, McFarlane o Silvestri), también es una lectura endiabladamente divertida, que jamás se toma en serio a sí misma y que ofrece exactamente lo que promete. Las aventuras de Gertrude, una suerte de Alicia que lleva 27 años sin envejecer (al menos físicamente), atrapada en su propio País de las Maravillas hasta que encuentre la llave de regreso a nuestro mundo, contienen el humor cafre y la violencia desenfrenada de las mejores entregas de “Lobo”, combinadas con el espíritu políticamente incorrecto de las dos primeras películas de “Shrek” (antes de que la franquicia animada cayera en picado en los abismos de la mediocridad). “I Hate Fairyland” es un comic ligero, macarra y divertidísimo, perfecto para alternar con otras lecturas mucho más densas... porque no todos los días uno tiene el cuerpo para un “From Hell” o un “Jimmy Corrigan”, ¿no?



Klaus
Guión: Grant Morrison. Dibujo y color: Dan Mora.
Boom! Studios. Serie limitada de 7 números. 3 números publicados.


Hablando de tebeos ligeros: la siguiente parada en mis últimas lecturas en formato digital es "Klaus", una suerte de "Santa Begins" según el Grant Morrison más accesible que se recuerde. El (habitualmente) lisérgico guionista escocés escribe una versión épica, casi super-heroica, de los orígenes de Papá Noel en el medievo escandinavo, y el resultado es un sencillo y agradable comic para todas las edades a caballo entre las aventuras de Robin Hood y los cuentos de hadas tradicionales.


Posiblemente sea el nombre del creador de "Los Invisibles" y "El Multiverso" el que pique la curiosidad de los lectores a la hora de acercarse a este "Klaus", pero la estrella de la función es sin duda el ilustrador costarricense Dan Mora, que con su espectacular trazo influenciado por el manga y el cine de animación y su rica paleta cromática convierte la inesperada ocurrencia de Morrison (en las antípodas de su densidad y ambiciones habituales) en un título atractivo incluso para el público más talludito.



Paper Girls
Guión: Brian K. Vaughan. Dibujo: Cliff Chiang. Color: Matt Wilson.
Image Comics. Serie abierta. 5 números publicados.


El guionista de "Saga" y "The Private Eye" y el dibujante titular del relanzamiento de "Wonder Woman" en el Nuevo Universo DC unen fuerzas para presentar un proyecto difícil de clasificar, mezcla improbable entre "Cuenta conmigo" y un capítulo de "Dr. Who". Una madrugada de Halloween, a mediados de los 80, cuatro adolescentes repartidoras de periódicos se ven envueltas en una tormenta espacio-temporal aderezada con dinosaurios voladores, mutantes desfigurados, futuristas paladines plateados y cápsulas espaciales salidas de una peli de serie B de los años 50.


Cinco episodios después, yo sigo sin tener muy claro de qué va en realidad todo este follón y hacia dónde se dirige la trama, pero me mantengo atento a cada nueva entrega para ver si consigo descubrir las intenciones de Vaughan y porque disfruto como un enano con el grueso y expresivo trazo de Chiang, así que tampoco es cuestión de quejarse. Planeta de Agostini ya ha anunciado la edición en castellano para dentro de un par de meses, así que el público español pronto podrá decidir por sí mismo si "Paper Girls" es culo o codo.



Tokyo Ghost
Guión: Rick Remender. Dibujo: Sean Murphy. Color: Matt Hollingsworth.
Image Comics. Serie abierta. 5 números publicados.


Rick Remender escribe ciencia-ficción. Da igual que los protagonistas sean los mutantes de "Uncanny X-Force", el super-soldado Steve Rogers o las familias desestructuradas de “Black Science” y “Low”; Remender siempre se las arregla para convertir sus guiones en un delirio de tecnología futurista, universos alternativos y criaturas alienígenas. “Tokyo Ghost” es tan sólo el último ejemplo del amor que Remender profesa hacia el género, acompañado esta vez por uno de mis dibujantes favoritos del actual mainstream USAmericano, Sean “Punk Rock Jesus” Murphy. De la confluencia de ambas fuerzas creativas surge esta trágica historia de amor entre dos cazarrecompensas: Debbie creció libre de la sobredosis de entretenimiento basura y consumismo extremo que mantienen zombificada a la inmensa mayoría de la población mundial, pero su novio Teddy lleva años intoxicado por millones de nanobots que no sólo le otorgan fuerza y resistencia sobrehumanas, sino que también lo alienan con docenas de estímulos simultáneos de publicidad, pornografía y reality shows. La única esperanza que Debbie tiene de desintoxicar a su amado reside en la capital de Japón, convertida (irónicamente) en un nuevo Jardín del Edén libre de tecnología donde tal vez su relación pueda tener una segunda oportunidad.


Remender no siempre acierta con mis gustos, pero en el primer arco argumental de “Tokyo Ghost” da de lleno en la diana, e incluso me atrevería a decir que es el mejor arranque que le he leído en una serie: entre guiños a “Akira”, “Ghost in the Shell”, “Juez Dredd”, “Black Mirror” y “El último samurai” sobresalen unos personajes carismáticos con cuyas motivaciones el lector puede empatizar, dibujados por un Sean Murphy más allá de toda duda, tanto en su trazo ágil y dinámico como en su espectacular capacidad para plasmar la acción motorizada y la ultra-violencia con todo lujo de detalles. Tan sólo la serena belleza del frondoso Neo-Tokio poblado por samurais hippies supera al horror vacui de su deprimente distopía cyber-punk.



Wytches
Guión: Scott Snyder. Dibujo: Jock. Color: Matt Hollingsworth.
Image Comics. Serie abierta. 6 números publicados.


Tras lograr el éxito reinterpretando la imagen del nosferatu moderno en "American Vampire", el escritor Scott Snyder retoma otro mito de las leyendas populares de terror y ofrece su particular versión de las brujas en "Wytches". Poco tiene que ver este aquelarre con la imagen clásica de las hechiceras subidas en escobas voladoras: las brujas de Snyder y del dibujante Jock, con quien el guionista coincidió años atrás en "Detective Comics", son criaturas repugnantes, apenas humanoides, que viven en las profundidades de los bosques. Frente a ellas se encuentra la familia Rooks, recién mudada de ciudad, huyendo de sus pecados y desgracias personales. Pero en lugar de empezar una nueva y próspera vida tendrán que enfrentarse a un mal primigenio que los perseguirá, precisamente, a causa del bagaje que traen consigo.


Todavía a la espera de leer esa obra de Snyder que esté a la altura de su fama (me parece un escritor con oficio, mejor en los planteamientos que en las soluciones), encuentro en "Wytches" un relato de terror muy entretenido, que consigue por momentos dar mal rollito y en el que, una vez más, su primer arco argumental ha ido de más a menos (como siempre me pasa con Snyder). El estilo de Jock casa de maravilla con la atmósfera chunga que impregna la historia y sus brujas dan auténtico miedo, pero ciertos excesos en la aplicación del color emborronan ligeramente el aspecto final de las páginas. Espero que no se me malinterprete: "Wytches" es un comic muy recomendable para los aficionados al género de terror, pero por ahora le falta ese algo más que hace a los buenos tebeos grandes. Veremos cómo sigue la cosa...


World's... Finest?

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“Batman v Superman: Dawn of Justice” (“BvS” en lo sucesivo, para abreviar) era uno de los estrenos cinematográficos más esperados de 2016. El público aguardaba ansioso el primer enfrentamiento cinematográfico (en imagen real) entre el último hijo de Krypton y el caballero oscuro de Gotham, mientras que la crítica se posicionaba en contra de forma virulenta antes incluso de la fecha oficial de su puesta de largo (y si no me creéis ved este hilarante vídeo de YouTube). Siendo “Man of Steel”, cinta que ya había dividido profundamente a críticos y a espectadores, el antecedente directo de “BvS”, servidor creía saber de antemano lo que podía esperar de su irregular director Zack Snyder, especializado en adaptaciones de las viñetas a la gran pantalla.


El argumento de “BvS” arranca durante la catastrófica batalla entre Superman y el General Zod que reducía Metropolis a escombros en los compases finales de “Man of Steel”, pero presenciada ahora desde el punto de vista, a pie de calle, de Bruce Wayne. El multimillonario playboy, alter ego del murciélago gothamita, vive entonces su propio 11-S y toma la determinación de proteger a la humanidad, cueste lo que cueste, de lo que él entiende como una amenaza de escala planetaria. Guerra preventiva, que lo llamaron en EE.UU. En la misma línea de pensamiento se encuentra el excéntrico científico y (presunto) filántropo Lex Luthor, acomplejado ante la aparente divinidad del Hombre del Mañana, a quien una importante mayoría de la población adora como a un mesías de claras resonancias bíblicas. En medio de estas posturas irreconciliables se encuentra el propio Clark Kent, un tipo sencillo que sólo quiere dar a sus inmensos poderes el mejor uso posible, ignorando las recomendaciones del gobierno estadounidense, que pretende regular las intervenciones del héroe de Metropolis.


Es éste un planteamiento que genera, a priori, interesantes frentes de debate y conflictos entre personajes, y en base a ello la primera mitad de la película intenta establecer el marco adecuado para que Batman y Superman, presionados por las maquinaciones de Luthor, se posicionen en sus respectivas esquinas del cuadrilátero. El problema es que, hasta que se produce ese anunciado enfrentamiento físico, los guionistas David S. Goyer y Chris Terrio presentan una saturación de subtramas y personajes más propia de una temporada televisiva de 13 capítulos que de un largometraje, con el inconveniente de que ninguno de ellos consigue el desarrollo que le correspondería. Así, uno termina la proyección de “BvS” sin comprender los motivos que llevan a Lex Luthor (un Jesse Eisenberg pasadísimo de rosca, cargado de tics físicos y vocales, que no se calla ni dos segundos en cada escena en que su personaje asoma por la pantalla) a maquinar un plan tan endiabladamente retorcido que, a poco que uno se lo cuestione, no tiene ni pies ni cabeza.


Tampoco es fácil identificar en el esforzado Ben Affleck (esforzado pero hierático y con nulo carisma) al Bruce Wayne/Batman deductivo y calculador que hemos llegado a asociar con el icono de DC Comics. Batfleck se pasea por “BvS” como pollo sin cabeza, con cara de no saber nunca cuál será su próximo movimiento, tomando decisiones tan arbitrarias como poner un rastreador a un camión para a continuación dispararle toda clase de proyectiles explosivos. ¿Y eso por qué? Pues porque hacía falta una escena de acción con Batmóvil en la película.


Mejor suerte corre el Superman encarnado por Henry Cavill: ha tenido su propia cinta en solitario para ser presentado al público y en “BvS” sus acciones son siempre una reacción a las de los demás personajes, con lo cual es mucho más sencillo comprender cómo y por qué hace lo que hace. Por desgracia, el halo de divinidad que rodea en todo momento al kryptoniano rara vez nos permite acercarnos al dubitativo muchacho de Smalville que sí tuvimos la suerte de conocer en la muy superior “Man of Steel”, y cuando por fin nos reencontramos con ese Clark Kent que todavía no comprende cuál es su lugar en el planeta Tierra, Goyer y Terrio tiran de fantasmas del pasado confundiendo un poco más al espectador, como si las cosas hasta entonces no fuesen ya suficientemente liosas.


Tal vez el mayor pecado de la película sea esa constante necesidad de hacer que todo parezca mucho más complicado y solemne de lo que realmente es. En su intento por dotar a “BvS” de una cierta trascendencia, sus responsables introducen toda suerte de apuntes metafísicos, escenas oníricas difíciles de ubicar y referencias a los comics inasequibles para el público casual. Tal vez el núcleo duro de geeks de DC se lo pase teta reconociendo líneas de diálogo provenientes de "El Regreso del Caballero Oscuro” de Frank Miller, situaciones extraídas del universo de “Injustice: Gods among us”, referencias explícitas a "Crisis en Tierras Infinitas", “Las Diez Noches de la Bestia”, “Hijo Rojo” y el "Cuarto Mundo" o cameos inexplicables que claman a gritos “universo cinematográfico compartido”, pero considero que todos esos elementos sólo añaden confusión y cripticismo de cara al espectador que no se conoce al dedillo la mitología del Universo DC de papel, y frustración para quienes, aún conociendo de primera mano esas referencias, sólo queríamos ver una maldita película de Batman y Superman dándose de leches que ofreciese unos niveles decentes de espectacularidad y entretenimiento.


A veces da la impresión de que tanto Snyder como sus dos guionistas piensan que “BvS” debe ser un “Watchmen” protagonizado por la Liga de la Justicia, con Superman ocupando el lugar del Dr. Manhattan, Batman como sosias de Rorschach y Luthor ejerciendo de Ozymandias. Lo cual demuestra que el director jamás entendió el material con el que trabajaba en "Watchmen" ni tampoco comprende ahora a los personajes que adapta en "BvS", convertidos en versiones oscuras, retorcidas y autoparódicas de sí mismos. Casualmente, o tal vez no, lo mismo que Alan Moore y Dave Gibbons hicieron con el género a mediados de los 80, y que tantos escritores y dibujantes de finales de aquella década y principios de la siguiente malinterpretaron del mismo modo en que Snyder lo hace en pleno 2016. De todos modos, esta visión pretendidamente adulta (que no madura) de los grandes iconos de DC no resultaría tan fallida si no fuese porque, puestas las cartas sobre la mesa a una hora del final, las resoluciones llegan por el camino habitual de otras adaptaciones super-heroicas menos pretenciosas: villano grande, ande o no ande.


Por desgracia, cuando la espesa niebla de subtramas caprichosas y de personajes innecesarios finalmente se disipa y la película se lanza a la carga como el blockbusterde acción que se nos había prometido, las escenas de batalla no son ni la mitad de divertidas y emocionantes de lo que algunos desearíamos. Tal vez porque lo mejor de las mismas (como el asalto de Batman a la nave industrial, inspirado en la saga de videojuegos “Arkham” de Rocksteady Studios) ya lo habíamos visto en los innumerables trailers que destripaban gran parte de las sorpresas del film, o quizás porque resulta imposible conectar con una secuencia de acción en la que los héroes implicados nos importan un bledo y la amenaza apocalíptica de turno, monigote digital genérico para más inri, huele a recurso desesperado para justificar el clímax de destrucción masiva en la última media hora de metraje. El caso es que, con su desorbitado presupuesto para efectos especiales y su megalomaníaca y machacona banda sonora compuesta por Hans Zimmer y Junkie XL, “BvS” tampoco acierta a “la hora de las tortas”(que diría uno de los personajes más queridos de la competencia).


Resulta difícil imaginar que este sindiós sea la secuela que Snyder y Goyer tenían originalmente en la cabeza tras finalizar el rodaje de "Man of Steel", y la culpa de ello probablemente la tengan las imposiciones de la Warner a la hora de encajar esta nueva encarnación del personaje creado por Jerry Siegel y Joe Shuster en un apresurado plan a gran escala para un universo fílmico interconectado que pueda competir con el de Marvel Studios. El estudio ya ha anunciado el Blu-Ray con un montaje del director de 3 horas que tal vez solucione algunos de los problemas narrativos del film, pero si nos ceñimos a la versión estrenada en cines no puedo más que considerarla un fiasco total en casi todos los frentes: como película de acción ultra-hormonada, como traslación al medio audiovisual de los personajes de las viñetas y como narración coherente, autónoma y más o menos autoconclusiva. Su único éxito destacable, y es uno ajeno a cualquier valor intrínsecamente cinematográfico, es ofrecernos un adelanto del que será, en 2017, el próximo proyecto de Snyder tras las cámaras: una "Liga de la Justicia" que, dados los antecedentes, no podría seducirme menos.

Top 5: mis series de televisión favoritas de 2016

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Sé lo que estás pensando: "¿el Abismo no estaba muerto y enterrado?".

Respuesta larga: durante meses he estado a punto de escribir una nueva entrada en esta bitácora en al menos una docena de ocasiones distintas, pero las circunstancias han conspirado en mi contra y he tenido que ir posponiéndolo hasta que la inspiración y las ganas se desplazaban hacia otros intereses y prioridades. La vida adulta da asco, y la vida adulta de un empleado de hostelería en Londres da asco y además deja muy poco tiempo libre para hacer cosas tan inútiles y divertidas como actualizar un blog. Pero al igual que uno tiene amigos a los que no ve en meses e incluso años y cuando por fin se reencuentra con ellos es como si no hubiese pasado un solo día, regresar al Abismo, aunque sea de forma puntual, se siente como algo cómodo, natural y un poquito necesario. "Old habits die hard", que decía Mick Jagger. Poco importa que en estos 9 largos meses apenas haya escrito listas de la compra repletas de yogures y galletas Oreo y whatsapps de no me esperes despierta que voy a llegar tarde😘😘😘, y que las antaño afiladas habilidades literarias de un servidor se encuentren oxidadas hasta el punto de no recordar si se escribe croqueta o cocreta; el Abismo siempre estará ahí para devolverme su cálida, hogareña y onanística mirada.

Respuesta corta:éste es mi blog y me lo follo cuando quiero.

¿Y qué mejor manera de regresar, cual olvidada estrella de rock de los 80 necesitada de dinero para pagar el último divorcio y la pensión de siete retoños, que con las (oh, sí, nena) LISTAS DE LO MEJOR DEL AÑO? Porque todo blogger de mierda siente la irrefrenable necesidad de pontificar sobre lo que ha molado y lo que no durante la última elipsis completa (tomada desde un punto temporal arbitrariamente asignado al nacimiento de una figura religiosa de dudosa existencia) descrita por un planeta habitado alrededor de la estrella más cercana, y yo no quiero ser menos.

"Pero Jero, ¿no te parece un poco tarde para empezar a publicar listas con lo más mejor de 2016? Si prácticamente estamos acabando enero: las parejas ya piensan en sus regalos de San Valentín y los supermercados Sainsbury han montado el expositor con los huevos de Pascua."

Sí, lo sé, pero ---> Ver respuesta corta.


Empezamos con las series de televisión, campo cada vez más inabarcable del ocio contemporáneo, que en 2016 han dejado una cosecha brillante. Por supuesto, mi ranking de favoritas (que no mejores, eso se lo dejo a la gente que realmente sabe de lo que habla) es tan parcial y miope como mi lista de visionados: por un lado hay infinidad de títulos interesantes a los que tengo echado el ojo pero que todavía no he podido catar ("The Night Of", "Vinyl", "The Young Pope", "Making a Murderer", "The Americans", "The Crown", los nuevos capítulos de "Black Mirror"... y un largo etcétera); por el otro, he dedicado el último trimestre catódico de 2016 al visionado completo y ordenado de las 9 temporadas (y no-sé-cuántos episodios especiales) que componen la encarnación moderna de "Doctor Who" (que no entra en el top porque durante el año pasado sólo estrenó un capítulo navideño de escasa relevancia), lo que ha limitado considerablemente la cantidad de series que el abajo firmante haya podido ver recientemente.

Aclarado esto, al trapo:

5 - Narcos (Temporada 2)


Lo mejor que se puede decir de la segunda temporada de "Narcos" es que no parece una segunda temporada. El arco que narra el ascenso y caída de Pablo Escobar mantiene, sin solución de continuidad, todas las señas que hicieron célebre a la primera entrega de la serie estandarte de Netflix: ritmo trepidante, un guión plagado de dardos a la política nacional colombiana e internacional estadounidense, un robusto trabajo de dirección, un reparto magnífico (ligeramente afeado por la imposibilidad de lograr el acento perfecto para algunos personajes) y el mayor catálogo de insultos descacharrantes que se recuerde en televisión. Gonorrea. Hijueputa. Malparido.


4 - Westworld (Temporada 1)


Conviene ignorar la idea más o menos generalizada de que "Westworld", remake de la película homónima de 1973 escrita y dirigida por Michael Crichton, aspira a ser el relevo de "Game of Thrones" en HBO. Más allá del presupuesto de nueve cifras y el espectacular acabado audiovisual, cualquier parecido entre ambos títulos es puramente circunstancial. Producida por J.J. Abrams y Jonathan Nolan (hermano del visionario director de "Inception" e "Interstellar"), "Westworld" propone una sugerente mezcla de sandbox en el Oeste à la"Red Dead Redemption" y ciencia-ficción robótica al estilo Asimov. El resultado es una sofisticada y violenta fantasía futurista plagada de giros argumentales desencajamandíbulas, profundas disertaciones sobre si sueñan o no los cowboys con reses eléctricas y versiones para pianola de canciones de Radiohead (entre otros). Con las apariciones estelares de Anthony Hopkins y Ed Harris, para rematar la faena.

3 - Stranger Things (Temporada 1)


La sorpresa televisiva del verano, un proyecto del que apenas se sabía nada unas semanas antes de su puesta de largo en Netflix, ofrece un popurrí de grandes éxitos de los 80 diseñado para alimentar la nostalgia de su público objetivo. Habrá quien la acuse de no ser más que una ensalada de referencias (de "Carrie" a "Los Goonies" pasando por "Silent Hill", "Cuenta conmigo", "La Cosa", "E.T." y un largo etcétera) que no propone ni una sola idea inédita, pero no es mi caso. No sólo he disfrutado como un enano con su juego de guiños y homenajes; la brillantez con que se articula el pastiche, la pegada emocional de la narración y la empatía inmediata que despiertan sus protagonistas la convirtieron, para mí, en un triunfo absoluto.


2 - House of Cards (Temporada 4)


En un año marcado por las elecciones estadounidenses más polémicas del último medio siglo, los Underwood libraron su propia batalla por el Despacho Oval en otra sublime temporada de "House of Cards". La lección magistral de política impartida por Kevin Spacey y Robin Wright (inmensos, como de costumbre) describe la bajeza moral de la clase gobernante con una elegancia e inteligencia que ojalá compartiesen los corruptos del mundo real. Se puede ser malvado con estilo: aprende, Mariano.


1 - Game of Thrones (Temporada 6)


Sin más libros de George R.R. Martin que adaptar, los productores y guionistas de la serie estrella de HBO se enfrentaban en esta sexta temporada a un fandom tronista dispuesto a recibir los nuevos episodios con el cuchillo entre los dientes. Pese a unos primeros compases algo titubeantes, la luz de R'hllor no tardó demasiado en resucitar el extraordinario nivel habitual del programa y elevarlo por momentos hasta nuevas cotas de calidad. Capítulos como "Battle of the Bastards" o "Winds of Winter" suponen un hito en la historia de la televisión no sólo por su espectacular factura técnica (que también), sino por su combinación perfecta de tragedia, épica y grandes revelaciones argumentales; hasta el punto de que muchos no dudan en situar esta sexta temporada como la mejor de las emitidas hasta la fecha. Queda para el anecdotario geek el desparrame de memes generado en las redes sociales a cuenta de la traducción al castellano de esas tres palabras por las que será eternamente recordado el episodio "The Door".


De las que también me han gustado, se quedan fuera por muy poquito la segunda tanda de episodios de "Daredevil", con el mejor Punisher que se recuerde en imagen real; la miniserie de espías de la BBC "The Night Manager", que allanó el terreno para que Tom Hiddleston se convierta en el próximo 007; el regreso de "Man Seeking Woman", que a falta de "Rick and Morty" fue la mayor proveedora de risas tróspidas del año (¿todavía se puede decir tróspido en 2017?), y la cuarta entrega, todavía en emisión, de las aventuras de Ragnar Lothbrok y sus "Vikings".

No son las únicas dignas de, al menos, mención: la (mínima) cuota nacional queda cubierta con la segunda temporada de "El Ministerio del Tiempo"; la cuarta y última entrega de "Banshee" no alcanzó el altísimo nivel de sus predecesoras pero cerró el ciclo de desventuras de Lucas Hood de forma satisfactoria; la segunda temporada de "Ash vs Evil Dead" tuvo en su episodio "Morgue" el mejor momento de slapstick gore/escatológico del año, y la siempre irregular "The Walking Dead" continuó con la tradición de entregar capítulos arrebatadores como "JSS" o "The day will come when you won't be" en medio de soporíferas subtramas de redescubrimiento espiritual y cliffhangers perezosos como el del final de la sexta temporada.

La gran decepción del año ha sido la adaptación por parte de AMC del "Preacher" de Garth Ennis y Steve Dillon, un producto largamente soñado por los fans del tebeo que en su salto a la pantalla no ha sabido encontrar el equilibrio entre tonos y géneros. Lo del abrupto final de "Penny Dreadful" ni siquiera entra en el terreno de la decepción: vi la tercera temporada por puro completismo y me dejó tan indiferente que apenas merece la pena detenerse en ella.

Top 10: mis películas favoritas de 2016

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He ido muy poco al cine en 2016. Cuando vivía en España solía ver unas 40 ó 50 películas en pantalla grande cada año. Desde que me mudé a Londres no he visto ni una docena en salas, y confieso que muchas han sido blockbusters palomiteros... algunos bastante malos, por desgracia. El resto han tenido que esperar a la barata comodidad del sofá + tele + mantita.


Como siempre, me he quedado con ganas de ver unos cuantos títulos que tal vez habrían merecido un lugar en este ranking ("Elle", "Paterson", "Captain Fantastic", "Everybody wants some", "Anomalisa", "El ciudadano ilustre", "El hijo de Saúl", "I, Daniel Blake", "Tarde para la ira", "El hombre de las mil caras", "Julieta", "El abrazo de la serpiente", "Green Room"...) pero para despacharlos todos a tiempo para esta entrada necesitaría una Tardis o un Delorean.

De lo que sí he visto durante 2016, éstas han sido las 10 películas que más me han gustado:

10 - Nocturnal Animals


Confieso que he sufrido como un perro con el arranque de "Nocturnal Animals". Ése era el objetivo del director y guionista (además de diseñador de moda) Tom Ford y de su personaje Edward: un novelista que envía a su ex-mujer una turbadora novela sobre la destrucción de una familia. Realidad y ficción se mezclan en un agobiante film que recuerda por momentos a gigantes del celuloide como Hitchcock y Polanski, que se engrandece con las interpretaciones de Amy Adams, Jake Gyllenhaal (por duplicado) y Michael Shannon (nominado al Oscar por esta película) y que luce un acabado formal tan elegante y cuidado como los diseños de alta costura de su realizador. Su final abierto y enigmático me tuvo dándole vueltas al coco durante días, señal inequívoca de que "Nocturnal Animals" ha sido una de las películas que más me han calado en los últimos 12 meses.


9 - Doctor Strange


En un año saturado de adaptaciones del tebeo a la gran pantalla (y también a la pequeña), "Doctor Strange" sobresale como el blockbuster más divertido y espectacular de la temporada. No sólo Benedict Camembertbitch hereda de Tony Stark/Robert Downey Jr. el manto de "personaje del MCU más carismático" sino que la fantasía psicodélico-geométrica dirigida por Scott Derrickson explora nuevas e interesantes vertientes de ese universo fílmico interconectado que lleva casi una década alegrándonos la vida a los aficionados a las viñetas mainstream: magia, tiempo y multiverso. Puedo entender a quienes acusan a "Doctor Strange" de ser una historia de orígenes demasiado formulaica (porque en el fondo lo es), pero su arrolladora potencia visual, su bienvenido sentido del humor y el excelente trabajo del reparto la convierten, para mí, en la mejor película de super-héroes desde "Captain America: Winter Soldier".


8 - The Hateful Eight


Mi único problema con "The Hateful Eight" (y no es un problema menor) es que me parece demasiado larga; en mi opinión le sobran perfectamente 20 minutos de película. Tarantino se ha gustado tanto a sí mismo, se ha masturbado tanto con sus interminables diálogos marca de la casa, que no ha sabido poner freno a su ego y se le ha ido el metraje hasta las casi 3 horas. Eso por un lado. Por el otro, "The Hateful Eight" me parece una maravillosa locura repleta de momentos memorables, diálogos (por supuesto) chispeantes y escenas para la posteridad (la de "Noche de Paz" al piano va directa al Top 10 del director de Knoxville). Tiene además una banda sonora maravillosa (alejada, para mi sorpresa, de los previsibles ecos del spaghetti western), una fotografía que desencaja la mandíbula y un reparto sobrado de talento, presencia en pantalla y abrumadora dicción (¡ni se os ocurra verla doblada!). "The Hateful Eight" es una película que sólo podía haber hecho Quentin Tarantino, con todos sus vicios y sus benditas virtudes.


7 - Arrival


Denis Villeneuve es uno de mis directores actuales favoritos, capaz de saltar con soltura entre géneros y trabajar con grandes estrellas de Hollywood sin perder un cierto sello autoral. "Incendies", "Prisoners" o la fabulosa "Sicario" (¿mi película favorita de 2016?) eran tensos thrillers, brillantemente interpretados, que jamás apartaban el foco de los sentimientos de sus protagonistas. Lo mismo puede decirse de "Arrival", ciencia-ficción casi intimista con acabados de super-producción y protagonizada por una Amy Adams que se ha quedado fuera de la carrera por los Oscar por la mínima, convirtiéndose con sus 5 infructuosas nominaciones en la nueva Leonardo DiCaprio. Inmersos en una dinámica cinematográfica en la que cada visita a la Tierra de la raza alienígena de turno se salda inevitablemente con una orgía de destrucción masiva, Villeneuve conduce en sentido contrario a los Michael Bay y Roland Emmerich de este mundo y prefiere hablarnos del poder del lenguaje, de los mecanismos de la memoria y de una pequeña y trágica historia de amor entre una madre y su hija. Y así, como quien no quiere la cosa, me convence de que si alguien tenía que filmar la secuela de mi película de ciencia-ficción favorita de todos los tiempos y no cagarla, sólo podía ser él. No me falles, Villeneuve. Yo creo en ti.


6 - The Revenant


"The Revenant" es una peli experiencia, de esas en las que lo sensorial se impone de forma apabullante a lo emocional. Bajo esa premisa no se me ocurre nada que reprocharle. Técnicamente es una absoluta maravilla, y algunos de sus largos planos rodados con steadycam merecen que uno se ponga en pie y aplauda en medio del cine, aún a riesgo de que el tipo de al lado se cabree contigo. No recuerdo unos primeros 30 minutos más bestiales desde el estreno de "Un profeta" (y antes de eso posiblemente tendría que remontarme al desembarco en Normandía de "Salvar al soldado Ryan"). Todo esto no quita para que también sea una peli gélida (intencionadamente) con la que a veces cuesta conectar, más allá de la fascinación que puedan despertar sus poderosos estímulos audiovisuales y un Leonardo DiCaprio que ya puede celebrar, merecidamente, su primer Oscar. Tom Hardy también está enorme, ya que estamos. Y el oso, no nos olvidemos del puto oso.


5 - Kubo and the Two Strings


Para un tipo como yo, que disfrutó como un enano con la adaptación stop-motion de "Coraline" y que lleva más de una década admirando el buen hacer de Stan Sakai en "Usagi Yojimbo", la propuesta de Laika para este 2016 era un must desde aquel espectacular primer trailer acompañado por una versión épica de "While my guitar gently weeps". La animación artesanal del estudio estadounidense y la tradición fantástica oriental se hermanan en "Kubo and the Two Strings" produciendo una película hermosísima que se sale completamente de los estándares narrativos a los que el cine animado nos tiene acostumbrados en Occidente. El viaje interior de Kubo nos lleva en última instancia a un terreno emocional frecuentemente inexplorado por las producciones de Disney o Dreamworks: aquí no hay un final feliz sino un final sabio. Uno que muchos adultos, sorprendidos por el lirismo y la profundidad del film, posiblemente no hayan sabido explicar a sus hijos a la salida del cine.


4 - Hell or High Water


"Hell or high water" encuentra el punto exacto del mapa cinematográfico en que la serie negra, el western, la road movie y la denuncia social convergen en la excelencia. Algo así como una prima-hermana de "No country for old men" y "Killing them softly" pensada para los fans de los comics de autor de Jason Aaron ("Scalped", "Southern Bastards"). Mencionaba más arriba a "Sicario" como una de mis películas favoritas de 2016, y por ello no me extrañó descubrir en IMDb, una vez vista esta "Hell or high water", que ambas compartían guionista: un viejo conocido de los "Sons of Anarchy" llamado Taylor Sheridan. La espléndida banda sonora de Nick Cave y Warren Ellis y las sorprendentes interpretaciones de Chris Pine y Ben Foster (porque lo de Jeff Bridges ya no debería sorprender a nadie) redondean este atraco perfecto.


3 - Spotlight


"Spotlight" es una de esas películas que te gustan más al día siguiente de haberla visto que en el momento preciso en que la estás viendo. Por la misma razón por la que uno tarda toda una temporada en darse cuenta de que "The Wire" es una obra maestra y sigue pensando que es la mejor serie de todos los tiempos 5 años después de haberla terminado. Resulta difícil destacar en ella una sola interpretación, una escena concreta, una línea de diálogo especialmente memorable: no es una película que se luzca en ese sentido. Pero cuando uno la piensa reposadamente se da cuenta de que todos los actores están magníficos, que no hay una escena que sobre (o falte) y que la precisión de su libreto sólo puede provenir de un talento inmenso. Tiene ese espíritu periodístico que a unos cuantos (fans de "The Newsroom" y de todo lo que hace David Simon para la pequeña pantalla) nos pone muchísimo, y lo enfoca hacia un tema que siempre me hace cosquillas: sacar a relucir los trapos sucios de la Iglesia (sí, soy un maldito ateo anticlerical). Y es por todo ello que me ha encantado "Spotlight".

2 - Room


Conviene no saber demasiado de "Room" antes de sentarse a verla. Pero si uno comete el error de leer su sinopsis, es posible que se haga una idea incorrecta de lo que se va a encontrar en ella: un melodrama chungo de sobremesa (de esos que Antena 3 programa para las tardes del sábado) o, aún peor, una ración de torture porn malrollista. Si esto mismo lo rueda Haneke os juro que me quedo en casa, a oscuras y hecho un ovillo durante el próximo lustro. Por suerte "Room" no es nada de eso. Lo que sí es es una historia terrible y preciosa sobre el amor de madre (el tatuaje no, el otro) en circunstancias extremas; sobre lo que un progenitor puede hacer, aguantar y arriesgar por el bienestar de su cachorro. Si todavía no la has visto mejor no cuento nada más. A mí me ha estrujado la patata como pocas pelis lo han conseguido en los últimos años; y eso que no tengo críos, porque os juro que si fuera padre me rompía en pedacitos.


1 - Carol


"Carol" es la elegancia, la sensibilidad, el buen gusto y la sutileza hechas cine. Perdón, CINE. Visualmente es sublime: rostros cautivos detrás de ventanas, imágenes especulares, puertas entreabiertas, miradas que se esquivan, se encuentran y se aman... La música enamora. El guión es inteligente, preciso y (una vez más) sutil hasta la fascinación: ¿os podéis creer que en toda la película no se dice ni una sola vez la palabra que empieza por L? Y, por supuesto, es imposible no flipar con las interpretaciones de Blanchett y Mara: las dos se salen de las escalas, están en otra galaxia. Cabrea, claro, que la Academia haya sido tan miope a la hora de repartir los últimos Oscars, pero pensar en premios cuando se habla de películas como "Carol" es quedarse en lo anecdótico. El arte verdadero está más allá de consideraciones tan mundanas.


Merece la pena mencionar otras películas que, dependiendo de mi estado de ánimo, podrían haberse colado perfectamente en el top 10 desplazando a alguna de las presentes. Son la divertidísima y setentera "The Nice Guys", "The Handmaiden" o un Hitchcock erótico a la coreana, la escatológicamente inclasificable "Swiss Army Man", "Vengadores Captain America: Civil War" y su capacidad para combinar el fan service con el entretenimiento más genuino, la desopilante locura meta de "Deadpool", el retorno de Mel Gibson a la dirección en la visceral "Hacksaw Ridge", la sutil y atípica propuesta de terror de "The Witch" o el nuevo éxito animado de Disney con la adorable "Moana".

En el extremo opuesto, el de las mayores mierdas vistas en 2016, nos encontramos con tres ejemplos perfectos de lo que el Hollywood carente de ideas entiende por blockbuster: secuelas innecesarias, adaptaciones del comic pensadas únicamente para aprovechar el tirón del subgénero super-heroico y torpes intentos de acercar el mundo del videojuego al cine. Una ronda de abucheos para "Independence Day: Resurgence", "Suicide Squad" y "Warcraft", por favor.
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