Pocas tradiciones navideñas siguen aún vigentes en mi vida. La hostelería no sabe de festivos y este año tampoco he podido disfrutar ni de la Nochebuena ni de la Nochevieja en familia. Por suerte, una de las pocas tradiciones que sí puedo permitirme es la de las listas con mis títulos favoritos del año que se nos va; ejercicio recopilatorio tan efímero y fútil como divertido.
Por primera vez en tantos años de Abismo, paso de la música. Llevo todo el 2014 pasando, en realidad. Podéis atestiguarlo echando un vistazo a las escasas entradas sobre música publicadas en los últimos meses por estos lares. Estoy absolutamente descolgado de la actualidad musical porque a) antes invertía mucho tiempo trabajando a solas en mi estudio, con mi discos (nuevos y no tan nuevos) puestos todo el rato, y ahora me veo obligado a convivir con el infame hilo musical del curro, y b) salvo contadas excepciones, cada vez que he intentado acercarme a un disco o a un grupo nuevos me ha dado una pereza mayúscula y he acabado volviendo al cómodo terreno conocido. Las bandas que ya me gustaban y que han sacado álbum en 2014 me han dejado indiferente. De los artistas y formaciones de nuevo cuño, sólo encuentro palabras amables para Royal Blood y su debut homónimo, que me ha hecho pasar algunos buenos ratos durante este último otoño. Así que esta vez no hay Top 10 con mis discos favoritos. Ya veremos si 2015 se porta algo mejor en el terreno musical.
Para compensarlo, añado nueva categoría a mis listas de Año Nuevo. Tímidamente: un top 5 con las series que más he disfrutado en los últimos 12 meses. Es una lista con mejores intenciones que argumentos, ya que faltan muchos títulos importantes con los que, sin embargo, aún no he conseguido ponerme al día a estas alturas. Tengo todavía pendientes de visionado (aunque algunas se emitieron hace un montón de meses) las entregas de 2014 de “House of Cards”, “Mad Men”, “American Horror Story”, “Girls”, “Utopia”, “Sherlock” y “Juego de Tronos”, y también otros títulos estrenados el año pasado como “Fargo”, “1864”, “Sonic Highways”, “The Affair” o “Transparent” que tienen muy buena pinta. Y luego están esas otras series aún en curso que todavía no he empezado y que en algún momento me gustaría visionar: “Shameless”, “The Good Wife”, “Peaky Blinders”, “Vikings”...
¿Cuándo conseguiré ponerme al día con mis series pendientes? ¿Nunca, tal vez? Lo importante es, en realidad, aprovechar la excusa para hablar de buena televisión y recomendar cinco series que en 2014 han puesto el nivel catódico, una vez más, por las nubes. Ahí vamos:
¿Cuándo conseguiré ponerme al día con mis series pendientes? ¿Nunca, tal vez? Lo importante es, en realidad, aprovechar la excusa para hablar de buena televisión y recomendar cinco series que en 2014 han puesto el nivel catódico, una vez más, por las nubes. Ahí vamos:
5 - Orange is the New Black (Temporada 2)
Después de una primera entrega divertidísima, “OITNB” tuvo el acierto de diluir en su segunda temporada el protagonismo antes concentrado en el personaje de Piper Chapman. La coralidad resultante hizo aún más entretenido el día a día de las reclusas de la penitenciaría de Litchfield, con las que a estas alturas uno ya ha empatizado hasta altos niveles emocionales: “OITNB” te hace reír, te hace reflexionar (casi sin que te des cuenta) sobre algunos espinosos temas sociales y te conmueve (capítulo sí y capítulo también) con los dramas de estas supervivientes oprimidas por el sistema.
(Puedes leer una reseña más completa haciendo click AQUÍ).
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4 - Hannibal (Temporada 2)
El estupendo cliffhanger con el que concluía la primera temporada de "Hannibal" evolucionó, en su (muy superior) segunda entrega, en una situación inédita en las versiones literaria y cinematográfica de las correrías del caníbal creado por Thomas Harris. El Dr. Lecter interpretado por Mads Mikkelsen y el agente especial Will Graham encarnado por Hugh Dancy ya se han convertido, para un servidor, en las versiones definitivas de ambos personajes, y sus turbadoras desventuras en el retorcido infierno culinario cocinado por el showrunner Bryan Fuller me fascinan, repugnan e hipnotizan por igual. Un menú sangriento no apto para todos los paladares.
3 - Boardwalk Empire (Temporada 5)
El político y gángster (¿no es un poco lo mismo, hoy en día?) Enoch "Nucky" Thompson, inolvidable Steve Buscemi, se despidió de su audiencia en una quinta temporada breve (sólo 8 capítulos), introspectiva y crepuscular en la que Terence Winter y su equipo de guionistas dieron un doble salto temporal: seis años hacia delante respecto a la cuarta temporada, mostrándonos los últimos días de la Prohibición, y varias décadas hacia atrás, narrando la infancia y juventud del protagonista. Los extremos se tocan en un todo circular que, no siendo mi entrega favorita de la serie (ésas serían la segunda y la cuarta), sirve como excelente punto y final a uno de los mejores títulos catódicos de todos los tiempos (en mi nada modesta pero siempre discutible opinión). La pena es que hayan pasado ya cinco años desde el estreno de "Boardwalk Empire" y que aún queden tantos espectadores sin saber que se han perdido algo tan grande como "Los Soprano", "Breaking Bad" o "Mad Men".
(Puedes leer mis reseñas de la primera y segunda temporadas de "Boardwalk Empire" haciendo click AQUÍ y AQUÍ).
2 - The Knick (Temporada 1)
"The Knick" ha sido una sorpresa mayúscula, por aparecer casi de tapadillo y en una cadena filial de la HBO (Cinemax), y por estar dirigida en sus diez episodios por Steven Soderbergh en el que ya es, para mí, el mejor trabajo de toda su carrera. Las atrevidas formas del cine contemporáneo (textura digital de la imagen, largos planos secuencia con cámara al hombro, hipnótica música electrónica) contrastan con el ambiente médico de principios del siglo XX en el que el jefe de cirujía del hospital Knickerbocker, John Thackery, fuerza al máximo los límites éticos de su profesión mientras cae en un infierno de adicciones y frustración. Todo ello envuelto en la cruda representación de una sociedad machista, xenófoba y puritana y salpicado por una escenas de quirófano tan explícitas como turbadoras. La guinda al pastel la pone la excelente interpretación del mejor Clive Owen que un servidor recuerde. Canela fina.
1 - True Detective (Temporada 1)
Si ha habido una serie que me haya enamorado en 2014 sin duda ha sido ésta. Los ocho episodios escritos por Nic Pizzolatto y dirigidos por Cary Joji Fukunaga lo tienen todo: un guión con una estructura compleja y unos diálogos magistrales, unos personajes (Rust Cohle y Marty Hart) que enganchan desde los primeros minutos, una puesta en escena que ya quisieran para sí el 90% de las películas que se estrenan en cine, dos interpretaciones protagonistas que se salen de las escalas y un plano secuencia (al final del capítulo 4) capaz de justificar por sí solo esta mirada al abismo existencial que (como todo buen abismo que se precie) le devuelve a uno la mirada. Para mí, la primera entrega de "True Detective" es el producto televisivo perfecto. Lo que traiga consigo la segunda será, por supuesto, otro cantar.
(Puedes leer una reseña más completa haciendo click AQUÍ).
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"The Newsroom" se ha quedado fuera del listado, muy a mi pesar, porque sólo he visto los dos primeros episodios de su tercera temporada: si tuviera que juzgarla por este par de capítulos le otorgaría un sitio en el top 5 sin dudarlo, pero aún me restan otros cuatro para el final y no sería la primera vez que Sorkin se queda a las puertas de la gloria por no saber rematar la faena. Me gustaría además hacer una mención especial a la quinta temporada de “The Walking Dead”, que sigue mejorando a cada año que pasa, después de tocar fondo en su segunda temporada y levantar sorprendentemente el vuelo a partir de la tercera: los zombies de Robert Kirkman viven un momento dulce en la pequeña pantalla. Algo más abajo han quedado las primeras entregas de “Marco Polo” y “Penny Dreadful”: productos con una puesta en escena espectacular y altísimos valores de producción a los que les ha faltado, quizás, esa chispa de excelencia en el terreno dramático que separa a las buenas seriesde las grandes series. Por otro lado, también toca confesar la irrupción en mi dieta catódica de dos guilty pleasurestebeísticos difícilmente defendibles: se trata de “Gotham” y “The Flash”, series de calidad dudosa (cuando no directamente malas) que me gusta ver por razones que no alcanzo a comprender. “People are strange”, que decía Jim Morrison.